A medida que pasan las horas queda cada vez más clara la contundencia de la jornada de paro nacional. Como reflejamos desde La Izquierda Diario pero también mostraron los medios masivos nacionales, hoy volvieron a ganar protagonismo la izquierda y los sectores combativos. Además de pelear para que se garantice el paro en sus lugares de trabajo, realizaron piquetes y concentraciones en las principales zonas industriales del país. Si las cúpulas convocantes querían reclamar sólo por el impuesto al salario, estos levantaron el reclamo del conjunto de los trabajadores. Si las cúpulas querían un paro “dominguero”, estos colaboraron para que en muchos lugares sea activo. Ayudaron de esa manera a la efectividad de la medida.
Parece que el protagonismo y la expresión diferenciada de los referentes del sindicalismo de izquierda molestó a los dirigentes de las CGT opositoras y del transporte. Schmid fue el encargado de “salir a pegar”, a la espera de la conferencia de prensa de Hugo Moyano. Los piquetes "son una iniciativa propia de los gremios de izquierda que no contribuyen en absoluto a la protesta", dijo el vocero cegetista. El corte de calles "no era directiva de los sindicatos que convocaron al paro”, ya que la medida de fuerza se limitaba a "un paro general de actividades sin movilización, ni ningún otro tipo de expresión”. Para Schmid, "la obstrucción de la vía pública le da el argumento al gobierno decir que impiden la circulación, cosa que están haciendo".
Con sus declaraciones, Schmid retomaba algunos de los argumentos del gobierno, que salió a criticar la intervención de la izquierda en la jornada. Ambos, a su manera, terminan reconociendo lo indiscutible: ésta se ha convertido en un factor de la realidad, y esa influencia entre los trabajadores organizados queda mucho más evidente en jornadas de protesta como la de este martes 31.
Schmid actuó como vocero de la prometida CGT “unificada”. Parece que uno de los motivos de tan anunciada unidad es evitar el avance de la izquierda y los sectores anti-burocráticos en los gremios.
Del otro lado, la respuesta ya había sido adelantada por la mañana. Por un lado, al defender la acción diferenciada de las cúpulas. Como dijo Claudio Dellecarbonara desde el subte paralizado, “estamos parando con nuestra propia voz, de forma independiente de la CGT de Moyano, la UTA o los otros dirigentes de los gremios del transporte”. Pero además, defendiendo el método elegido para participar de la jornada. Como señalaron delegados de base desde el Puente Pueyrredón, “el paro activo con piquetes y movilización es la única manera de poder parar el impuesto al salario, pero también los reclamos y demandas de todos los sectores de la clase obrera”.
Porque en definitiva, los cortes no sólo fueron “la otra voz” sino que ayudaron a garantizar la medida en muchos lugares de trabajo. En la tradición de la clase obrera – no solo de nuestro país sino internacionalmente – el piquete ha sido la forma de garantizar el derecho de huelga contra la coacción de los burócratas y los empresarios. Los piquetes en el subte o frente a Lear, por ejemplo, evitaron hoy que los burócratas oficialistas y sus carneros pudieran quebrar la huelga.
La defensa de los piquetes es parte de la defensa del sindicalismo combativo de izquierda. El ataque del gobierno y la crítica de la burocracia, una señal de su importancia. | 
