En la noche del miércoles, en Panorama Tucumano se realizó un debate de candidatos a gobernador. Del encuentro televisado participaron el actual gobernador Juan Manzur (Frente Justicialista por Tucumán), Silvia Elías de Pérez (Vamos Tucumán-Cambiemos) y Ricardo Bussi (Fuerza Republicana). Aunque estuvo invitado, José Alperovich (Hacemos Tucumán) desistió de participar. Por una decisión editorial de La Gaceta, el Frente de Izquierda, que lleva como candidato a gobernador a Ariel Osatinsky, no fue invitado.
Los candidatos tuvieron un minuto de exposición para hablar sobre obras públicas, seguridad, justicia, transparencia, reforma política y medio ambiente. Pero lo más sustancioso estuvo en el llamado debate libre, con dos tandas de 8 minutos, donde los candidatos intercambiaron acusaciones y chicanas.
Manzur y una memoria selectiva
El eje de las intervenciones de Manzur fue una defensa cerrada de su gestión como gobernador y de presentarse como la oposición al macrismo. Durante varias oportunidades le enrostró a Elías de Pérez su pertenencia a Cambiemos, acusándola de querer “instalar el modelo económico de Macri” en Tucumán.
Lo cierto es que Manzur omite su aporte a la instalación del modelo macrista en el país. Desde su asunción, el tucumano fue uno de los gobernadores que más colaboró con el macrismo, aportando el voto de la mayoría de los diputados tucumanos (rol que complementaron Alperovich y Beatriz Mirkin en el Senado). En 2017, a pesar de haber hecho campaña con la idea de enfrentar al macrismo, los diputados electos debutaron en el Congreso votando la reforma previsional contra los jubilados.
En los pocos momentos en que se cruzó con Bussi, Manzur reconoció que aún siguen pagando la deuda que dejó la estatización del agua realizada por Antonio Bussi, cuando el genocida era gobernador durante los 90.
Elías de Pérez, un macrismo culposo
La candidata macrista comenzó ajustándose al guión de un tono sereno para mostrarse como “lo nuevo”, afirmando que puede ser la primera gobernadora. Pero en el transcurso del debate fue perdiendo la compostura, sumándose al coro de gritos entre los tres candidatos. Elías de Pérez debió cargar con la defensa a Cambiemos, un salvavida de plomo a esta altura de la campaña.
Con cualquier encuesta posicionándola en cuarto lugar, Elías de Pérez debió eludir todos los macheques por su pertenencia al macrismo. Para ello combinó manodurismo (“Voy a ser la jefe de Policía”) con sus desgastadas denuncias de corrupción.
Bussi, el “enojado con la política” que vive de la política
El hijo del genocida centró sus intervenciones en dos puntos: sus propuestas de mano dura y hablar del “enojo con la política”. Al igual que el resto de los candidatos, planteó darle más poder a la policía, llegando a reivindicar la “doctrina Chocobar”, que en Tucumán se cobró la vida de Facundo Ferreyra.
Durante varios tramos del debate, el concejal habló de “recortar el gasto de la política” y luego plantear directamente que está “enojado con la política”. Frases con altas dosis de hipocresía, ya que aunque se presente como un “extraño” a la política, Bussi vive de ser funcionario desde 1984. Desde ese año ha pasado por diversos cargos. Ahora como concejal acumula la modesta suma de 77 contratos políticos, incluyendo a familiares suyos, lo que conlleva a una suma millonaria.
Los ausentes: los trabajadores, las mujeres y la juventud
Aunque se haya resaltado el faltazo de Alperovich —hasta sus asesores deben reconocer que cada vez que habla pierde votos—, la verdadera ausencia fue la de la agenda de los trabajadores, las mujeres y la juventud, representada claramente por el Frente de Izquierda. Ningún candidato habló de qué hacer antes los despidos y las suspensiones, ni qué hacer con los tarifazos en los servicios y el transporte, por ejemplo. Nadie habló de ese casi 50% de trabajadores que está en la informalidad laboral, cifra que alcanza a 3 de 4 jóvenes en la franja de 18 a 24 años. Solo el Frente de Izquierda plantea un plan de emergencia laboral y la anulación de los tarifazos; junto a plenos derechos a la juventud para estudiar y trabajar, rechazando la mano dura.
Los derechos de las mujeres también estuvieron ausentes durante el debate, salvo cuando hubo que oponerse. Elías de Pérez y Manzur eligieron entre varias preguntas del público, una sobre el posicionamiento al aborto legal. Utilizaron sus minutos de respuesta para defender la clandestinidad del aborto y para negar el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. Posicionamientos oscurantistas que tienen como consecuencias en la provincia casos como el de Lucía, la niña de 11 años que fue obligada a parir. Este posicionamiento también es compartido por Bussi y Alperovich. Quedó demostrado que sin el Frente de Izquierda no hay una voz que se haga eco de las luchas de las mujeres.
Con el encuentro de ayer se cerró el ciclo de debates organizado por La Gaceta. En todos, más allá de las promesas, las chicanas y las acusaciones unilaterales, quedó retratado un régimen político que le da la espalda a los principales problemas del pueblo trabajador y que gobierna para una minoría de grandes empresarios. Una casta política que genera hartazgo y bronca. Desde su lugar, cada uno es un eslabón en la cadena del ajuste del FMI. En contraposición, con la agenda de los trabajadores, las mujeres y la juventud, el Frente de Izquierda pelea contra el fraude de los acoples por los 10.000 votos para ingresar en la Legislatura y en el Concejo Deliberante. |