En una nueva audiencia del juicio oral por delitos de lesa humanidad, en la causa conocida como Contraofensiva, cometidos en los años 1979 y 1980, el exmilitar Nelson Ramón González declaró como testigo por videoconferencia desde Neuquén.
Ante el Tribunal Oral Federal 4 de San Martín, integrado por los jueces Esteban Rodríguez Eggers, Alejandro De Korvez y Matías Alejandro Mancini, el excabo aportó información clave sobre los vuelos de la muerte y el accionar del Ejército en Campo de Mayo.
El abogado querellante en el juicio, Pablo Llonto, señaló: “El testimonio de González es muy importante, porque pone en la escena judicial algo que no había sido judicializado hasta el momento y, al mismo tiempo, contribuye a entender el nervio central de la represión en toda la Argentina”.
En su declaración, González aseguró que tuvo como destino Campo de Mayo para el momento de la Contraofensiva, nombre con el que se llamó al regreso de un grupo de militantes montoneros al país entre 1979 y 1980.
Sobre los fusilamientos de los militantes secuestrados Zucker y Frías detalló que se produjeron en la zona del polígono de tiro del predio, y que de ellos participaron algunos jefes del Ejército. Respecto a qué habían hecho los militares tras los fusilamientos, González señaló: “Con todo respeto por los familiares, los quemaron ahí con cubiertas. Lo reconoció Taborda, que era el encargado de sección”.
Antes de finalizar su testimonio González aseguró que por Campo de Mayo "pasaron unas cuatro mil personas que luego fueron arrojadas vivas al mar” y que los vuelos de la muerte salían de la Compañía de Aviación: “Era sabido en todo Campo de Mayo. Ahí estaban los aviones Fiat y los vuelos salían de ahí. En todos lados se comentaba”, completó.
Del relato de González queda claro que había un grupo de ocho oficiales permanentes, con un sistema de rotación por el cual se nutría de otra gente que provenía de distintos lugares de Campo de Mayo, principalmente de los centros clandestinos de detención que funcionaron allí, conocidos como La Escuelita y Los Tordos. Además, González señaló que funcionaban “con comisiones rotativas de dos meses, bajo el comando de la patota y de los grupos de inteligencia, sobre todo del Batallón de Inteligencia 601, al cual pertenecía el actual Secretario General de la UOCRA, Gerardo Martínez.
El juicio de la Contraofensiva fue suspendido dos veces y comenzó, finalmente, el 12 de abril pasado. En él serán juzgados nueve represores por 94 acusaciones por delitos de lesa humanidad y contará con el testimonio de más de 250 testigos. La particularidad de esta causa es que el eje estará puesto, no en los crímenes de lesa humanidad cometidos en centros clandestinos, sino en la estructura de inteligencia que montó el Ejército desde sus operaciones en Campo de Mayo para llevar a cabo un plan ilegal de secuestros a militantes montoneros que vivían en el exilio. |