Las llamas de los incendios intencionales que comenzaron en el sur del país hace más de un mes ya quemaron más de cincuenta mil hectáreas de bosques nativos andino patagónico. Siguen los trabajos de los brigadistas.
Casa de la familia Errasti en llamas.
Fuente Marcelo Martinez.
Los focos de incendio que azotaron los bosques, incluidas algunas casas del lugar, se ubican en la Comarca Aandina Paralelo 42, zona que abarca la localidad de El Hoyo, en el cual los parajes del Desemboque y Puerto Patriada, como así también Lago Puelo y Epuyén, fueron seriamente afectados por el fuego. Otra zona crítica es el Parque Nacional Los Alerces, a setenta kilómetros de Lago Puelo al sur de cholila, donde se registraron los primeros focos.
Como informamos en otras notas, los incendios intencionales en el sur poseen responsabilidades ocultas tras el manto de una cobertura mediática superficial del tema, y las actualizaciones dramáticas en los medios hegemónicos, los cuales no han mostrado ni siquiera la punta del iceberg que representan los negocios detrás de estos incendios.
Hoy sumamos más información a la recabada por pobladores locales sobre los negocios inmobiliarios llevados adelante por empresas ligadas a Mario das Neves y su Decreto Provincial 268/11, donde se municipalizan las tierras fiscales con bosques nativos situadas en los ejidos municipales, permitiendo la venta de las mismas a empresarios del rubro inmobiliario.
Las exploraciones mineras, otra cara de la misma moneda
De acuerdo al Catastro y Padrón Minero de la Provincia del Chubut (documento público donde se registran todos los derechos mineros que el gobierno otorga a particulares), en la zona afectada por el incendio existen varias concesiones mineras de diferente tipo y grado de avance. La eliminación de la cobertura boscosa que dejó como consecuencia el incendio provocado en el noroeste de la Provincia del Chubut, es un hecho concreto que facilita la tramitación de derechos mineros y la ejecución de las labores legales en terreno previstas en el propio Código Minero. En virtud de ello, es apropiado hablar de que el incendio beneficia notablemente a estos intereses. Hay que tener en cuenta que las concesiones mineras existentes en la zona pertenecen a grandes corporaciones transnacionales que realizan megamineria en otros lugares de la Patagonia, de Argentina y del continente, con daños ambientales catastróficos que son hechos públicos y notorios conocidos en todo el mundo.
Chubut fue el germen de la resistencia a la megaminería en la Argentina. En 2003 se realizó en Esquel el plebiscito que rechazó (con el 82 por ciento de los votos) la instalación de la empresa canadiense Meridian Gold. Luego nacieron decenas de asambleas en toda la cordillera, y también espacios de resistencia en la costa de la provincia (Puerto Madryn, Trelew y Rawson, entre otros) y también la unión de organizaciones sociales y el pueblo Mapuche-Tehuelche en el centro geográfico de Chubut (llamado la meseta). También se sancionó la Ley 5001 que prohíbe la explotación minera, pero no prohíbe la exploración, no legisla sobre las fuentes de agua y menciona la posibilidad de “zonas de sacrificio". Por este motivo las empresas exploran y realizan análisis de factibilidad con el objetivo de tener los proyectos listos en caso de una modificación de la ley. Según el Catastro y Padrón Minero de la Provincia del Chubut existen en total 4.895 concesiones mineras otorgadas, que en total abarcan algo más del 20% del territorio provincial. Más del 60% de la superficie total concesionada es para búsqueda, exploración o extracción de oro o uranio.
En el mapa puede apreciarse que los derechos mineros están distribuidos en casi todas las regiones de la provincia. Hay una importante concentración en la meseta central, y si bien hay algunos yacimientos ya determinados y listos para ser explotados (minas), que son los polígonos rojos en el mapa, en la meseta predominan los polígonos de otros colores (cateos y manifestaciones), lo cual quiere decir que, actualmente, en esa región las corporaciones megamineras están abocadas sobre todo a la búsqueda de minerales más que su extracción. Pero si nos situamos en la cordillera, veremos que los polígonos rojos predominan por sobre los de otros colores, lo cual evidencia claramente que los minerales ya han sido descubiertos y cuantificados, puesto que ahora figuran en el Padrón y Catastro Minero como minas registradas. Hay localidades como El Hoyo, Epuyén, Cholila y Esquel, que están completamente rodeadas por decenas de estos polígonos rojos.
Mientras tanto, las comunidades afectadas continúan organizándose en asambleas y marchando para exigir al Estado la prohibición de ventas de las tierras arrasadas y el aprovisionamiento necesario para combatir los incendios que por falta de insumos básicos y aviones hidrantes no pudieron más que combatir sin tregua y de manera muy desigual. Llegando al punto de pagar la desidia estatal con maquinaria quemada y brigadistas accidentados, los cuales no cuentan con la mínima protección requerida y solo obtienen lo básico gracias a, en muchos casos, las colectas de los pobladores. Pareciera que todo lo referido a apagar totalmente los incendios depende exclusivamente, en última instancia, de la lluvia.
Desidia: brigadista con botines sin suelas se las ingenia para seguir combatiendo las llamas.
El domingo 29 de marzo se realizaron marchas simultáneas en Buenos Aires y varias localidades del sur como El Hoyo, Lago Puelo, El Bolsón, Bariloche y Esquel, a las que se sumaron concentraciones en otras ciudades de la Patagonia y el país. Ayer miércoles por la tarde se realizó una nueva movilización en la Ciudad de Buenos Aires, desde 9 de Julio y Av. De Mayo hasta el Congreso, por el fin de los incendios, por una ley que defienda la intangibilidad de los bosques quemados, diciendo no a los negocios mineros, inmobiliarios y madereros, por aviones hidrantes que actúen a tiempo y con equipamiento necesario, por investigación policial digna y castigo a los culpables.