Con cerca del 75% de las mesas escrutadas, Juan Manzur logra ser reelecto como gobernador de Tucumán. En la pelea por la gobernación, el oficialista Frente Justicialista supera los 370.000, lo que significa acercándose al 50% de los votos emitidos. Cerca de las 22, el mandatario se autoproclamó como ganador y se mantuvo en comunicación con Alberto Fernández, con varias apariciones mediáticas para remarcar su adhesión a la fórmula que incluye a Cristina Fernández de Kirchner,
En segundo lugar se ubica la candidata del macrismo, Silvia Elías de Pérez. De acuerdo a lo escrutado, la senadora logró más de 150.000 votos para su candidatura, lo que significa un poco más del 20%. Aún pasada la medianoche, la radical afirmó desde su búnker que no hay una tendencia definitiva. Más allá de que logró retener la intendencia de la Capital, con la reelección de Germán Alfaro, y también las de Yerba Buena y Concepción, la elección del espacio macrista está marcada por un importante retroceso respecto de los resultados de 2015 (donde logró más de 380.000 sufragios, un 41%)
Con un 13% de los votos, Ricardo Bussi se ubica en el tercer lugar mientras que José Alperovich se ubica con el 11%, compitiendo por fuera del Partido Justicialista.
En un escenario desfavorable por el mecanismo fraudulento de los acoples, utilizado por los partidos tradicionales, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores realizó una importante campaña militante. Con Ariel Osatinsky, como candidato a gobernador, y Alejandra Arreguez, como candidata capitalina, el FIT mantuvo su elección con respecto a 2015 y amplió su inserción en San Miguel de Tucumán, donde se ubica como quinta fuerza en la elección a intendente.
Durante la jornada votó el 87% del 1.220.000 votantes habilitados. El inicio y desarrollo de los comicios registró numerosas irregularidades por las decenas de listas colectoras que habilita el sistema fraudulentos de los acoples. Solo en la Capital, Manzur utilizó 34 acoples mientras que Elías de Pérez utilizó 17. Muchas mesas abrieron entre una o dos horas tarde. Las denuncias de cuartos oscuros plagados de votos desordenados y el faltante de boletas fue una constante. Hubo importantes filas para votar, con demoras para votar de hasta una hora, algunas inclusive por fuera de las escuelas. El acarreo de votantes por parte de los acoples fue una imagen repetida de los comicios de 2015.
Con la reelección de Manzur se reafirma un panorama conservador, sostenido por la puesta en marcha del aparato electoral de los acoples, como se expresó en las 18.000 candidatos para 347 cargos (1 cada 65 votantes) o en las casi 2000 boletas oficializadas. Como gobernador, Manzur vienen ser una de las piezas claves en el rol jugado por el peronismo en apoyar las medidas de ajuste del macrismo en el Congreso. También, la gestión de Manzur estuvo marcada por su conservadurismo, como su férrea oposición al derecho al aborto, que tuvo como expresión máxima haber obligado a ser madre a una niña de 11 años.
Después de coquetear con el peronismo de Alternativa Federal y denostar al kirchnerismo, Manzur viró y ahora es uno de los gobernadores que se encolumna detrás de la fórmula Fernández-Fernández.
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