La oposición sudanesa declaró este domingo que el primer día de desobediencia civil en todo Sudán ha superado "todas las expectativas", con una respuesta del más del 90 % de adhesión, para presionar a los militares a entregar el poder tras el sangriento matanza y represión de la semana pasada.
La jornada de huelga y desobediencia civil convocada por la Asociación de Profesionales de Sudán (APS) y las Fuerzas para la Libertad y el Cambio (FLC), se llevó adelante este domingo en la capital, Jartum, y varias de las principales ciudades del país, que permanecieron prácticamente paralizadas.
El gobierno de transición de los militares, que tomaron el poder tras la caída del expresidente Al Bashir en abril pasado, respondieron a las nuevas movilizaciones con una represión que dejó al menos cuatro muertos. Así lo confirmó el Comité de Médicos, un sindicato opositor que viene registrando a los muertos y heridos que se han producido desde el inicio de las protestas, que terminaron en la caída de al Bashir.
El Consejo Militar de Transición (CMT) respondió al llamado de la oposición con un aumento de la militarización en las calles que desde el domingo reprimieron a los manifestantes y desarmaron barricadas en distintas ciudades.
El Ejército también cortó las telecomunicaciones y el servicio de internet, para evitar la comunicación entre los manifestantes y que se extiendan los llamados a la desobediencia civil.
Sin embargo la oposición anunció que "continuará con la desobediencia y la huelga hasta que la junta militar se rinda y entregue el poder a los civiles".
Tras la represión de este domingo, el número de manifestantes asesinados asciende a 118, desde que el lunes de la semana pasada unidades militares encabezadas por las Fuerzas de Apoyo Rápido arrasaron la acampada que permanecía desde hace dos meses frente a la sede del Ejército en Jartum.
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