“Anoche tuvimos una larga comida en donde no solo nos dimos cuenta de que compartimos la pasión por el fútbol, sino que también somos eximios cantores. Él es bueno y yo no, pero a él también se le ha dado por el canto”.
Este lunes Mauricio Macri repitió el esquema que usa ante cada reunión con un mandatario extranjero: presentarse y presentar a su interlocutor como una persona común y corriente.
Detrás de las frases sobre el tango y la música colombiana, la reunión estuvo destinada a ratificar un eje político regional. Aquel que alienea a gran parte de los países de la región con los intereses de EE.UU.
Por eso, luego de las frases hecha, vinieron las declaraciones hechas para agradar a Donald Trump y al Departamento de Estado de la gran potencia imperialista.
“Para terminar, agradeciendo nuevamente esta visita, reiterar nuestro profundo compromiso con el pueblo venezolano de ayudar a hacer lo imposible para restablecer la democracia, terminar con este usurpador de Nicolás Maduro que está afectando seriamente la vida de millones de venezolanos que se ven obligados a abandonar su país”.
El mandatario colombiano le respondió en el mismo tono: "Hoy quiero agradecer el apoyo que usted dio contra el dictador Maduro en la Corte Internacional Penal. Que todos aceleremos el cerco diplomático para lograr el fin de la dictadura y el regreso de la democracia en Venezuela".
Del encuentro entre Macri y Duque no surgieron mayores novedades. Hubo declaraciones a favor de un mayor intercambio comercial y cultural, del crecimiento de la conectividad y de otras cuestiones similares.
El encuentro entre ambos mandatarios sigue la línea ya marcada por la reunión que tuvo lugar entre Mauricio Macri y Jair Bolsonaro. Allí también, para agradar los oídos de Donald Trump, se condenó al régimen de Venezuela. | 
