Las elecciones en Santa Fe ya están en la recta final. Los empresarios atacan sin esperar a las urnas, con el silencio de los grandes partidos. Cómo se prepara la izquierda para lo que se viene.
A pocos días de que comience la veda electoral, una multinacional como General Motors suspendió a 1500 trabajadores, medida que afecta indirectamente a otros 1000 obreros más, mostrando cuál es la política de los grandes empresarios amparados por Macri para resolver la crisis: castigar a los trabajadores. Esta empresa es protegida por el gobierno provincial que prácticamente no le cobra ingresos brutos, por el gobierno nacional de Macri y por el peronismo, que lo benefició con subsidios de Anses, es decir, con la plata de los jubilados. Una buena síntesis del carácter de los partidos que disputan la elección provincial en la ciudad con mayor índice de desocupación del país. Este 16 de junio, desde el PTS en el Frente de Izquierda no apoyaremos a ningún candidato porque no habrá opciones de independencia política de los partidos tradicionales que defiendan consecuentemente los intereses de los trabajadores, las mujeres y la juventud.
Las elecciones adelantadas, como en Santa Fe, muestran en pequeño las estrategias nacionales: Cambiemos bancando el plan de Macri de subordinación al ajuste, el PS desde la “avenida del medio” bancando a los empresarios y sus candidatos con Lavagna y el Peronismo subordinado a los candidatos más conservadores para garantizar “la paz y el orden” empresarial. Mientras esto sucede, el FMI y su plan de ajuste no es gratuito, tiene secuelas lamentables: la propia UCA reveló que el 52% de los menores de 17 años es pobre y las cifras empeorarán. Excepto el Frente de Izquierda, nadie cuestiona al Fondo y los intereses que defienden los grandes partidos. Mientras la crisis se profundiza, hay que ser muy claro: o rompemos con el Fondo y la política de ajuste defendida por Macri y los gobernadores y candidatos del peronismo, o el FMI nos va a “romper” a nosotros.
La decadencia del PS
El Frente Progresista se encamina a una elección en la que pone en juego, nada menos, el gobierno provincial y el de la ciudad de Rosario que gobernó durante casi 30 años. El Frente comandado por el PS asumió generando enormes expectativas para terminar con décadas de gobiernos peronistas ajustadores,. Pero fue congelando todas las ilusiones y asumiendo una defensa de las multinacionales, los sojeros, y de connivencia con la Policía Santafesina y la Iglesia.
Más allá de su discurso opositor al ajuste macrista, durante el gobierno del Frente Progresista los derechos de los trabajadores, las mujeres y la juventud fueron ninguneados. Hoy Rosario es la ciudad con índice de desempleo más alto. Las empresas despiden y suspenden con impunidad, como se ve en GM y en Electrolux, incluso incumpliendo la débil legislación laboral.
A los docentes, año a año los empuja a pelear por su salario, con amenazas de descuentos y ataques a sus medidas de lucha, como sucedía bajo los gobiernos peronistas. La juventud sufre falta de empleo, precarización laboral y trabajo en negro que afecta a 7 de cada 10 asalariados. La educación es casi un lujo para los más pibes, con un transporte que aumenta cada día más. La política de las mujeres tampoco escapa a esto: a pesar de que el protocolo para la Interrupción Voluntaria del Embarazo fue siempre una bandera del PS en Rosario (no así en el resto de la provincia), millones de mujeres vieron cómo el diputado del Frente Progresista, Luis Contigiani, votó en contra del aborto legal, al mismo tiempo que se destinan monedas para la prevención de la violencia machista y evitar femicidios en la segunda provincia con más asesinatos. Como si fuera poco, habilitaron el lobby de la Iglesia para frenar la ley de ESI en la Cámara Provincial.
Cada vez más, el progresismo es la cobertura bajo la cual se oculta una política que beneficia a los de arriba contra del pueblo trabajador. Prueba de esto es la alianza que el Partido Socialista discute hasta con peronistas de derecha como Juan Manuel Urtubey o Juan Schiaretti. Con ellos, no hay salida para los de abajo.
El peronismo conservador al acecho
Capitalizando la decadencia del Partido Socialista, el peronismo se propone dar un salto a la gobernación. Para ello las distintas fracciones del PJ, incluido el kirchnerismo y el Frente Renovador, cerraron filas alrededor de un conservador, amigo del campo y protector de la Policía, como es Omar Perotti.
El rafaelino hace campaña con la consigna inconfundiblemente derechista “Ahora la paz y el orden”, que es un guiño a una política de mano dura provincial y la represión. Por lo demás, completa su urrículum como un enemigo de la clase trabajadora. Se trata de un protector de los grandes empresarios y de las cerealeras, alguien que da la espalda al movimiento de mujeres planteando que “la legalización del aborto no es una opción”, que llena sus listas con sindicalistas traidores de la UOM y el SMATA, y que es el candidato que tuvo un rol activo en los 90 neoliberales, con la privatización del Banco de Santa Fe y en la “guerra” de los sojeros contra la 125. Un botón de muestra de la estrategia que propone CFK a nivel nacional. Perotti ni siquiera pretende disimular su perfil conservador, como se vio cuando publicó una publicidad por el Ni Una Menos con el inconfundible color celeste de las organizaciones antiderechos, algo repudiado por miles de mujeres.
El peronismo de Perotti, Alberto Fernández y el kirchnerismo no sólo no cuestiona la sumisión al Fondo, sino que afirman que es inevitable que sigamos bajo la tutela de esos saqueadores, sembrando la ilusión de que se puede priorizar nuestros derechos y a la vez pagar la deuda con los acreedores y este organismo de “crédito y saqueo”. Pero no: hay que elegir entre trabajo, salud y educación, o el FMI. Por eso, para construir una alternativa que defienda a los trabajadores hay que impulsar la ruptura con el Fondo, algo que solo lo dice la izquierda.
La izquierda y lo que viene
Las elecciones en Santa Fe parecen las “PASO”, la elección interna de los partidos defensores de Cargill, los grandes empresarios que despiden como en Electrolux, la Iglesia que frena la Ley de Educación Sexual, los que envenenan a nuestros pueblos con los agrotóxicos y la Policía represora de los pibes en los barrios. Ninguno representa una alternativa para el pueblo trabajador. ¿Qué vamos a esperar de Corral, el candidato de Macri, el títere del FMI? Nada, claro. Pero por lo dicho, ninguno de los candidatos a Gobernador defiende los intereses de los trabajadores, las mujeres y la juventud.
El Frente de Izquierda quedó afuera de las elecciones generales por los mecanismos proscriptivos que denunciamos en la campaña, más duros aún que el piso que exige las elecciones nacionales. Estos mecanismos fueron instalados por el régimen electoral del PS para dejar afuera a la izquierda que es parte de la pelea de los docentes por salario, de los trabajadores contra los despidos, de la juventud contra el trabajo precario y en defensa de la educación. Nuestras compañeras son parte decididamente de la pelea de las mujeres por sus derechos, entre ellos el de no morir en abortos clandestinos. Justamente por ser parte de esta agenda, que no defiende ninguno de los partidos “de los de arriba”, el régimen electoral nos pone incontables obstáculos, como el piso proscriptivo del 1,5% del padrón electoral, que hoy nos impide participar de las elecciones a gobernador, a pesar de haber sacado 37 mil votos.
Hay que avanzar en la unidad de la izquierda, no con los partidos del ajuste
Frente a la profundización de la crisis y a la sumisión generalizada a la agenda del FMI que propone Macri pero también honra Alberto Fernández y CFK, venimos peleando por unir a la izquierda y así como hemos sumado al PSTU y a Poder Popular de María del Carmen Verdú, hoy buscamos unirnos con otras fuerzas como el MST, el Nuevo MAS, Opinión Socialista y Autodeterminación y Libertad de Luis Zamora. Partiendo de la enorme conquista que es el Frente de Izquierda como reagrupamiento nacional de la izquierda, queremos sumar a otras fuerzas para expresar con la mayor fuerza posible en escuelas, fábricas, facultades y lugares de trabajo, un programa de independencia de clase en las elecciones, frente a tantos partidos subordinados a los empresarios.
Llegar a miles y miles de trabajadores, mujeres y jóvenes con un programa que plantee la ruptura con el FMI, la necesidad de una banca estatal única, el no pago de la deuda y la importancia de priorizar nuestros derechos apuntando a la prohibición de los despidos, la anulación del tarifazo de los servicios y el transporte y la nacionalización de las privatizadas bajo control de los trabajadores y usuarios. Un programa para que esta crisis la paguen los grandes empresarios, los sojeros y el FMI. Por eso buscamos sumar más fuerza, más voces. Esto es, claramente, lo opuesto a conciliar con los partidos que apuestan a degradar nuestras condiciones de vida, algo a lo que han apostado el Frente Social y Popular y Ciudad Futura pretendiendo participar de la interna del PJ en Rosario y al apoyar la candidatura de María Eugenia Bielsa. Unidad de la izquierda clasista y anticapalista o subordinación a los partidos del “orden”: esta es la disyuntiva. No es esa unidad la que necesitamos, ni tampoco contruir espacios meramente electorales: necesitamos una izquierda que sea parte decidida de las luchas que dan y darán los trabajadores, las mujeres y la juventud. Organizaciones de combate.
Pongamos en pie comités del Frente de Izquierda
El PTS, como parte del Frente de Izquierda se propone fortalecer una alternativa a nivel nacional frente a la crisis con un programa de independencia política para que los costos los paguen los grandes empresarios y los poderosos, exigiendo que desde hoy los sindicatos rompan la tregua y se pongan a la cabeza de un plan de lucha escalonado para frenar el ajuste. Desde estas peleas se propone conformar listas unitarias de la izquierda que enfrente a la debacle a la que nos quieren llevar los empresarios con Cambiemos, pero también para enfrentar cualquier alternativa del “mal menor” como proponen desde la fórmula Fernández-Fernández con un plan de gobierno ligado a mantener relación con el Fondo, junto a los gobernadores y sindicalistas que hoy son garantes del ajuste. Esta, lo sabemos, es una pelea difícil y contracorriente, pero la izquierda no hace más que decir de frente las dificultades que enfrentamos y las peleas que hay que dar.
Es necesario sumar fuerzas a una alternativa independiente y es por eso que el FIT llama a todos los trabajadores, los y las jóvenes, y las mujeres cansadas de esta situación, a sumarse a la pelea por unir la izquierda y preparar una gran alternativa política de los de abajo, poniendo en pie comités del Frente de Izquierda en cada lugar de trabajo, estudio y barrios.
Necesitamos sumar fuerzas para pelear por un programa que defienda nuestros derechos y nuestras vidas, frente a los negocios de buitres y especuladores. Y que se prepare para ser parte y jugarse para que triunfen todas las luchas que darán los trabajadores, las mujeres y la juventud en el período que se abre. Es un paso necesario para construir un fuerte partido de los trabajadores y socialista, que se prepare para dar vuelta la historia, participando en todas las luchas de los de abajo, con la perspectiva de conquistar un gobierno de los trabajadores.