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29 de noviembre de 2024 Twitter Faceboock

Piñera
Las suspensiones: la letra chica de la Reforma Laboral
Daniel Vargas | Antofagasta, Chile

En todos los discursos de gobierno destaca la flexibilización laboral, la modificación de la jornada y los pactos de adaptabilidad. Sin embargo dejan fuera del discurso oficial una peligrosa herramienta para los empresarios.

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El relato del gobierno con la Reforma Laboral viene centrado en la flexibilización del mercado laboral, como una vía de asegurar que lo trabajadores dediquemos más parte de nuestro tiempo libre a trabajar.

Los sueldos en Chile no alcanzan, con un 50% de la población ganando $450.000 pesos, es imposible pasar a fin de mes. Por lo que la flexibilidad laboral operará a favor de los empresarios.

¿Qué duda cabe? Bien sabemos que un trabajador no puede negociar en igualdad de condiciones con el empleador, esto es algo que esta reforma desconoce, poniendo en pie de igualdad a dos partes desiguales.

La reforma se basa en un país en donde los trabajadores pactan libremente con sus empleadores jornadas más ventajosas para las familias trabajadoras. Sin embargo sabemos que esto no será así.

Esta es la obra gruesa que el gobierno viene promoviendo de la reforma laboral. Pero ha quedado en silencio de una peligrosa herramienta extra con la que contarán los empleadores.

Al buscar las suspensiones uno no las puede encontrar en el relato del gobierno, en su publicidad, en ninguno de los discursos de Piñera, ni siquiera aparece mencionado en los fundamentos del proyecto de ley “Sobre Modernización Laboral para la conciliación, familia e inclusión” (Boletín 12.618-13).

Pero ahí están. En el Mensaje del proyecto de ley se puede encontrar que el gobierno pretende modificar el Título V del Libro I del Código del Trabajo, el cual trata las causales de despidos y las indemnizaciones (“Terminación del Contrato de Trabajo y de la Estabilidad en el Empleo”).

El proyecto de ley pretende modificar el sentido de este título para incorporar las suspensiones, agregando un nuevo artículo que señalará que:
“Se entiende por suspensión del contrato de trabajo, el cese temporal de la obligación de prestar servicios por parte del trabajador y de la obligación de pagar la remuneración por parte del empleador.

Las partes podrán pactar la suspensión del contrato de trabajo en cualquier momento de la relación laboral, debiendo constar dicho acuerdo por escrito y establecer las condiciones en las que se producirá tal suspensión, la que no afectará la antigüedad del trabajador ni los derechos que emanen de ésta.

Durante el período de suspensión, el trabajador tendrá derecho a prestar servicios a otros empleadores. Con todo, transcurrido el plazo de suspensión acordado, el trabajador deberá reintegrarse a sus funciones en las mismas condiciones laborales vigentes con anterioridad a la misma.”.

Es decir que entregará facilidades a los empleadores para “pactar” individualmente con cada trabajador la suspensión de funciones, el plazo y las condiciones de las mismas, plazo durante el cual no pagará remuneraciones.

Ya podemos anteponernos a que los empleadores harán uso de esta herramienta por motivos económicos, como bajas del mercado o exceso de stock, o bien para golpear a los trabajadores que busquen organizarse.

En Argentina esta institución ya existe y es ocupada para atacar a los trabajadores. El caso más reciente es la General Motors, cuya fábrica en Alvear cierra por un mes suspendiendo a más de 2.500 trabajadores. Además, según el Centro de Economía Política Argentina, durante los primeros 3 meses de este 2019 cerca de 8.000 suspensiones afectaron a la industria. Cifras realmente alarmantes.

Como podemos ver, las suspensiones no son parte del relato porque son la letra chica de una reforma laboral hecha a la medida de los empresarios, que es necesario que enfrentemos, para ello las principales centrales sindicales, como la CUT (que es dirigida por el Partido Comunista), tienen que romper la tregua con el gobierno.

Actualmente el paro docente tiene al gobierno en vela, por lo que es el momento de confluir en las calles con la enorme fuerza del profesorado. Si unimos la fuerza de los trabajadores y los profesores en las calles podemos hacer retroceder las reformas antiobreras de Piñera.

 
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