En los últimos años los clubes deportivos actúan, cada vez más, como cajas de resonancia de los movimientos y luchas políticas. En muchos de ellos comenzaron a formarse espacios de géneros, antifascistas y vinculados a los derechos humanos, entre otros.
Pasar de las tribunas a la apropiación de consignas para transitar el club de manera activa puede darse de formas variadas, según la institución: a partir de iniciativas dirigenciales, espacios autoconvocados, filiales, peñas, agrupaciones políticas o coordinadoras.
Desde La Izquierda Diario nos acercamos a conocer las investigaciones y reivindicaciones en torno a cómo el terrorismo de Estado y la vulneración de los derechos humanos se hicieron eco en los clubes Gimnasia y Esgrima y Estudiantes de la ciudad de La Plata. Encontramos socios y socias dedicados al archivo histórico que decidieron realizar homenajes a deportistas desaparecidos, realizando jornadas de memoria y abriendo así una etapa que hasta hace poco no se tenía en cuenta.
La Subcomisión de Cultura y Museo de Gimnasia busca una línea de trabajo sobre la historia del club y está enmarcado en el Departamento de Historia.
“La investigación sobre el pasado de las y los socios surge a partir de ver los registros existentes, las fichas de los socios. Por ejemplo, vimos el nombre del padre de una abuela de Plaza de Mayo y pensamos que había que hacer algo con esta temática. Fue en este verano, que pensamos en ligarlo con el 24 de marzo, con un agregado audiovisual de los tres desaparecidos ya reconocidos en el club”, señalaron los miembros de la Subcomisión Agustín Bellido y Camilo Balleto.
A partir del contacto con la Secretaría de Derechos humanos aparece el caso de Bocha Disalvo, que hasta el momento no estaba asociado como deportista desaparecido del club.
Desde el trabajo que se viene haciendo sobre el vóley masculino y su historia entre los años 1967 a 1983, surge un quinto deportista desaparecido perteneciente a Gimnasia: Gustavo Ogando. Todos fueron reconocidos en el último acto organizado el 24 de marzo en los jardines del Estadio del Bosque platense, el “Juan Carmelo Zerillo"
Por su parte, en Estudiantes de La Plata, para el último 24 de marzo, la Comisión Directiva junto a las Abuelas de Plaza de Mayo firmó un convenio de reciprocidad entre las dos organizaciones que presiden. Para rescatar la memoria, se hizo una convocatoria abierta por los medios oficiales del club, a cargo de la Secretaría de Cultura y Museo que es el ente responsable del archivo de la institución. Dicha secretaría recopiló todas las afiliaciones desde 1907 hasta el día de la fecha.
Según relató Daniel Cajade, miembro de la Comisión Directiva pincha “es un trabajo complejo y de hormiga. Hoy el club tiene entre 40 y 45 mil socios activos que pagan la cuota. En los años ‘70 llegó a 100 mil. Esto también va a empoderar al área de museo para hacer una mejor labor con las fichas y sus archivos.
Este trabajo de rescate de memoria también se replica en todas las áreas educativas del club, se hacen muestras, talleres, jornadas. Se empieza a hablar de estas cuestiones en ámbitos que son importantes para la gente pero que a veces lo toman por sorpresa, pero es una decisión no estar ajeno”
Partiendo de iniciativas de socios y socias sueltas o desde una comisión directiva, surgieron en los clubes de La Plata diferente formas de hacerse cargo de su historia, y en particular de lo sucedido durante la dictadura cívica militar eclesiástica dentro de las instituciones.
“Los deportistas que han pasado por el club han sido militantes políticos, sociales, barriales. El reconocimiento es empezar a reparar esas heridas e interpelar desde otro lugar, a pesar de las resistencias que genera aún”, sostienen los actores de este trabajo.
Se trata de desterrar la idea que “lo deportivo” y “lo político” van por caminos separados y poder reconocer ambas partes para reivindicar a aquellos y aquellas comprometidos que se hicieron cargo del momento histórico que les tocó vivir. | 
