La marea humana que abarrotó las calles de Hong Kong el domingo con cerca de dos millones de personas logró que la jefa de Gobierno prochina Carrie Lam tenga que suspender la ley de extradición y pedir disculpas a los manifestantes por la represión. Sin embargo las marchas continuaron, aunque en menor medida, este lunes y martes pidiendo la renuncia de Lam.
Así lo anunció la vicecoordinadora del Frente Civil de Derechos Humanos, Bonnie Leung, organización que coordina las manifestaciones, al confirmar que no acepta las disculpas ofrecidas por Lam, durante una rueda de prensa frente a la sede del Gobierno local. Leung expresó que están "muy decepcionados" con las palabras pronunciadas hoy por Lam, que "ha ignorado todas" sus demandas.
"El frente no acepta sus así llamadas disculpas y tendremos que seguir nuestras protestas", dijo tras lamentar que Lam no ha renunciado, no ha retirado el polémico proyecto de ley de extradición ni ha exigido responsabilidades a la policía por los incidentes violentos ocurridos durante las protestas.
Los manifestantes pedían no solo la suspensión de la ley sino que se retire completamente el proyecto que podría permitir que ciudadanos de Hong Kong sean extraditados a China. Muchos activistas de derechos humanos, civiles y laborales que apoyan las demandas de trabajadores y trabajadoras en China tienen su base de trabajo en Hong Kong y expresaron el temor a ser extraditados por pedido de la justicia China en caso de ser aprobada la ley.
Este temor tiene que ver con la persecución y el encarcelamiento que vienen sufriendo militantes y activistas dentro de China, como el caso de los estudiantes encarcelados desde el año pasado por apoyar conflictos obreros.
El frente añadió que está ahora consensuando con representantes de los diferentes sectores sociales hongkoneses y que no anunciará hasta este miércoles en qué consistirán las nuevas protestas.
Asimismo, el frente manifestó su intención de denunciar a los agentes policía responsables de las acciones del pasado miércoles e instó a las familias de los afectados a que colaboren con ellos.
La policía dispersó el miércoles las protestas que tuvieron lugar en la sede del Legislativo mediante el uso de la fuerza -usaron gas lacrimógeno y pelotas de goma- causando 81 heridos (dos de ellos, de gravedad), según la prensa local, y 11 detenidos.
Entretanto, Lam pidió este martes a los ciudadanos de Hong Kong que le den "otra oportunidad" para que su Gobierno pueda "reconstruir la confianza" tras la crisis desatada durante la última semana.
Aunque el Ejecutivo hongkonés insiste en que el texto intenta tapar un vacío legal, los opositores creen que con la nueva ley activistas locales, periodistas críticos o disidentes residentes en Hong Kong también podrían ser enviados a la China continental para ser juzgados. |