La educación sexual integral fue el tema abordado en el cuarto encuentro realizado en La Plata del ciclo de formación docente impulsado por la Red de Docentes por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
El panel de esta jornada, contó esta vez, con la participación de Gisela Manzoni y Loreley Baumann, de Arde Pandora; Susana Roussy, de la agrupación Crianzas Disidentes; Vic y Popy, estudiantes de la Escuela secundaria Carlos Vergara y autorxs del libro “¿Dónde está mi ESI?” y Nathalia González Seligra, docente, dirigente del Suteba La Matanza y ex Diputada Nacional del PTS-FIT.
Dieron comienzo a la ronda de oradorxs, Gisela y Loreley de Arde Pandora. Loreley contó cómo se empezó a implementar la ESI a nivel nacional en las escuelas, en el año 2014, luego de haberse tratado los lineamientos curriculares escritos en el 2008.
En particular, las capacitaciones en el territorio de la provincia de Buenos Aires, tuvieron como principal objetivo informar acerca de la ley, logrando así, que se pueda tomar como herramienta en las aulas para tratar diversos temas abordados desde el punto de vista de la ESI.
Este recorrido de reivindicación y difusión de la ESI, plantea Loreley, se transformó en un piso desde el cual se pudieron apoyar luego, las leyes de Identidad de Género o la de Matrimonio Igualitario. Estas leyes, junto a otras, le dieron el marco a la ESI para que el aborto deje de ser tratado, en términos científicos, como una práctica médica y empiece a ser tratado en las escuelas como un derecho.
Retomó Gisela Manzioni, también de Arde Pandora, para contar cómo, a partir del cambio de gobierno, los programas de capacitación en ESI fueron vaciándose y las pocas capacitaciones que quedan fueron pasando al campo virtual, llegando así a las capacitaciones pagas.
“Tomemos, por ejemplo, la empresa capacitadora Azul. Están vendiendo una capacitación en ESI, que dura dos meses, completamente virtual, otorga dos puntos para la provincia de Buenos Aires, y vale $10.000 en efectivo o $12.000 en cuotas.”
Denunció también, la situación de precarización laboral por parte del Estado a quienes trabajan en el área de capacitación, con demoras de hasta un año en el pago de salarios, mediante monotributo, entre otras situaciones de precarización.
A continuación, habló Susana Roussy, madre de un joven trans. Ella contó cómo la experiencia de reconocimiento de género de su hijo, la llevó a un camino de militancia, junto a otras madres, que luchan por los derechos de sus hijes. “Una de las primeras cosas que me pasaron cuando Gonza, mi hijo, me dijo que su identidad de género no se correspondía con el sexo designado al nacer, fue enterarme que la esperanza de vida de las personas trans, hoy en día, es de 35 años.” Así, uno de los objetivos en la lucha de la agrupación, fue pensar cuáles son las tareas que se debían plantear para cambiar esa estadística brutal, problematizando los distintos mecanismos de exclusión social, política y económica que están sistematizados y naturalizados.
Planteó la importancia de la formación docente en ESI como herramienta fundamental para incluir adentro de la escuela a todes les chiques, ya que, a partir de un estudio realizado desde Crianzas disidentes, se llegó a la conclusión de que uno de los principales círculos de exclusión es la escuela, siendo que el 100% de les niñes trans tienen que cambiar de escuela luego de su cambio de identidad.
Luego, le tocó el turno a Vic y a Popy, de la Escuela Carlos Vergara, que contaron sobre su experiencia sobre la realización del libro “¿Dónde está mi ESI?”. Este libro surgió a partir de un trabajo de investigación con encuestas a docentes, no docentes y estudiantes sobre los interrogantes ¿qué es el género? y ¿qué es la violencia de género?”.
Los datos que arrojó la encuesta, demostraron que no había información ni claridad respecto de estos conceptos en el marco educativo, lo cual les llevó a la conclusión de que el Estado no estaba garantizando estos saberes. “Si bien sabemos que hay material elaborado para las escuelas, en las bibliotecas de nuestras escuelas, estos están desactualizados y sólo tienen en cuenta los aspectos biológicos y reproductivos”.
Contaron cómo la experiencia de abordar este libro, dejó planteada la importancia de la implementación de la ESI, desde un punto de vista no biologicista, ya que es urgente en las escuelas, la necesidad de encontrar un espacio donde debatir y donde hablar desde las distintas identidades que se viven y perciben por fuera de lo establecido.
Saludaron y agradecieron el espacio que se les dio desde la Red para debatir estos temas, pero planteando que estas no eran cuestiones que debieran “romantizarse” ya que es el Estado el responsable de formar a docentes y estudiantes en estos temas tan importantes y que están siendo una demanda de las grandes mayorías.
La última oradora fue Nathalia González Seligra. Contó sobre su trabajo como parte de un equipo de orientación escolar y docente de secundaria en La Matanza, al que volvió luego de dos años de mandato como diputada nacional como parte del mecanismo de rotación de bancas del FIT.
Planteó que, si bien existe una ley de Educación Sexual Integral desde el año 2006, hoy, en 2019, estamos peleando para que se implemente efectivamente o para que se incorporen contenidos que, por ejemplo, no excluya a las distintas identidades que han sido reconocidas y visibilizadas a partir de la lucha del movimiento de mujeres y disidencias.
“Entonces, hay que preguntarse: ¿qué es lo que pasa con una ley sancionada nacionalmente hace tantos años que no se aplica? Yo creo que, en estos años, el movimiento de mujeres ha hecho una experiencia enorme para sacar grandes conclusiones. Cuando se impuso el tratamiento de la Ley Interrupción Voluntaria del Embarazo, fue a partir de mostrar en la sociedad, esta necesidad por una cuestión de salud pública, mostrando que las mujeres mueren por abortos clandestinos, mostrando que quedan secuelas por abortos mal practicados, mostrando las cifras brutales que se conocen.”
Así mismo remarcó, que la pelea por el derecho al aborto y por la educación sexual integral, no es sólo por una cuestión de salud pública y que estas peleas tienen directamente que ver con el derecho a decidir, con el derecho a vivir una vida libre. “Desde este punto de vista, yo, como socialista, no puedo no pelear por el derecho que tienen las personas a decidir sobre sus propios cuerpos, sobre su sexualidad y hablar abiertamente que tenemos el derecho a gozar de nuestra sexualidad, y para eso hay que conocer. Entonces creo que estas todavía son peleas que tenemos que dar."
Hizo un breve relato de cómo vivió ella, desde su experiencia como diputada, puertas adentro del Congreso Nacional, el día en que se trató en la cámara de diputados el proyecto de Ley de interrupción Voluntaria del Embarazo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, el 13 de junio del 2018 y la enorme pelea que se vivió, no sólo a nivel parlamentario, sino sobre todo con la inmensa marea verde en las calles.
“Fue impresionante ver cómo ingresaban a la Cámara de Diputados, personas que nunca había visto antes, enviadas por la Iglesia, a presionar a los diputados para que no votaran a favor del derecho al aborto. Una presión explícita de la Iglesia. Vimos luego, cómo se daban vuelta las posiciones de los diputados y senadores, en función de las presiones que recibían por parte de sus gobernadores de sus provincias y de la Iglesia. Entonces, me parece importante remarcar la conclusión a la que se llegó luego de esa experiencia, que es precisamente la separación de la Iglesia y el Estado expresado días más tarde en ese pañuelo naranja que se empezó a atar al verde en las manifestaciones. Creo que es una gran conquista del movimiento de mujeres, haber sacado esa conclusión.”
Con respecto a la Ley de la ESI, contó cómo se dio la pelea en el ámbito legislativo, para que se reglamente y se reforme para todo el país, subrayando dos problemas fundamentales que tiene la ley. Por un lado, que esta ley no es de orden público, lo cual significa que las provincias pueden no adherir a la ley y, por ende, no implementarla. Y, por otro lado, el artículo 5 de esta ley, plantea que las instituciones pueden brindar educación sexual de acuerdo a su ideario, es decir, desde puntos de vista biologicistas, reproductivistas, etc.
Estas reformas a la ley, si bien lograron un dictamen de comisión, terminaron siendo obturadas en el año 2018 por las mismas presiones que llevaron a que se votara en contra del derecho al aborto en el Senado el año pasado.
“Lamentablemente, la votación de los dinosaurios del Senado contra el derecho al aborto, le dio un envalentonamiento a estos sectores antiderechos de las Iglesias Católica y evangélica, y los vemos ahora en una contraofensiva para hacer retroceder todo eso que ganamos socialmente con el inmenso movimiento de mujeres en las calles. Entonces, creo que pelear por la libertad de decidir, pelear por la libertad en la educación, tiene que ver con apuntar a dónde tenemos que apuntar. Apuntar, en un momento de crisis como el que estamos, cuando vemos a nuestros pibes que empieza a notarse cómo pasan hambre y les pesa encima suyo esta crisis; pelear por el derecho a decidir es también pelear para que los pibes no tengan hambre. Entonces, la pelea que hemos llevado a las calles por el derecho a decidir, tiene que estar unido a pelear por la verdadera libertad de todos los pibes a poder decidir. A poder decidir ir a la escuela, a poder decidir comer todos los días y tener la libertad de ejercer su sexualidad y su vida ejerciendo las opciones que tienen de la manera que quieran.”
Luego de un intercambio entre los presentes se cerró con el compromiso de un último encuentro para intercambiar cómo volcar las conclusiones de estas charlas en la experiencia cotidiana de las aulas.