El discurso de Macri en ocasión del Día de la Bandera tuvo lugar en una escuela de Rosario. Frente a un público compuesto de docentes, padres y alumnos, el presidente se lanzó en una arenga con fuerte impronta electoral, donde no desperdició epítetos y repitió palabras como “mafias”, “corrupción” y “narco” en varias oportunidades.
Se trata de las habituales frases para apostar a polarizar el escenario electoral de cara a agosto y octubre. Lo notorio del discurso presidencial estuvo en el ataque abierto contra Hugo y Pablo Moyano y contra el sindicato de Camioneros. Lo hizo acusándolos de usar métodos “mafiosos” y de ser “patoteros”. La única justificación de Macri son lo que él presenta como “altos costos” de transporte del rubro cítricos y aguas gasesosas.
Con estas declaraciones, el verdadero objetivo de Macri son los derechos laborales de los trabajadores. Quiere insistir en la idea de que si los trabajadores ganan mucho (es decir, defienden su derecho a un salario digno), los empresarios no pueden competir y se pierden puestos de trabajo
“Eso significa que el productor de limón nuestro no puede competir con otros productores de limón. Y eso significa que se queda sin trabajo. Y también significa que nosotros, ustedes, con lo que cuesta, y con lo que cuidan el mango todos los meses, a ustedes les cuesta mucho más caro la gaseosa. Les cuesta mucho más caro la bebida o el limón”, afirmó el presidente.
En otro pasaje, ya con más tinte electoral, se refirió a su gobierno y sus "logros" para después decir que "esto de volver al pasado no es lo que nos sirve para el futuro". Vale remarcar que más allá de que sea una frase ya antes repetida por Macri, lo cambió ahora es que justamente de compañero de fórmula para las elecciones lo acompaña Miguel Ángel Pichetto, un alfil del kirchnerismo por 12 años y al que Macri ha calificado como un hombre de la "vieja políitca", hasta hace pocos meses.
A un año del régimen del FMI donde la desocupación ya llega a los dos dígitos después de 10 años, donde la pobreza infantil alcanza niveles brutales, Macri solo quiere culpar a los trabajadores de la crisis actual.
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