Cientos de estudiantes desbordaron las calles de Argel por decimoctavo martes consecutivo para exigir una vez más un Estado civil y no militar y la retirada de todos los símbolos del antiguo régimen.
Al grito de "Argelia libre y democrática", los congregados marcharon cerca de cuatro kilómetros desde la simbólica plaza de Mártires hasta la famosa plaza de Primero de Mayo, pese a las altas temperaturas y la intimidación policial.
Uno de los estudiantes fue detenido al inicio de la marcha por portar una bandera beréber -que representa a los cabiles, chauis, zenites, mozabitas y tuareg-, cuya ostentación fue vetada la semana pasada por el jefe del Ejército y nuevo hombre fuerte del país, Ahmed Gaïd Salah.
Vetada la bandera beréber, algunas estudiantes optaron por llevar el vestido tradicional cabil, mientras que otras se dibujaron en la cara la letra Yaz (zeta), símbolo del "hombre libre" y de la cultura e identidad amazig en África del Norte.
La Policía cargó contra los estudiantes e intentó en reiteradas oportunidades romper las columnas con las que marchaban como forma de provocación.
"Poder asesino" o la frase "No perdonamos" en lengua amazig fueron las consignas más repetidas entre los manifestantes, que portaron pancartas en las que decía: "No a la política de división, somos un pueblo unido".
"Como han prohibido la bandera beréber, me he puesto el vestido cabil, porque es un signo de revolución y de resistencia, Los bereberes estamos unidos", dijo a la agencia Efe Lanali Nur al Huda, estudiante de lengua inglesa.
"El problema no está en la bandera, sino en la banda" mafiosa, "Estamos hartos de sus declaraciones incendiarias" o "La bandera amazig no daña la unidad nacional, es un símbolo de libertad", eran otras de las consignas más repetidas.
Las protestas masivas, que se suceden cada martes y viernes desde hace cuatro meses, han sumido Argelia en la incertidumbre política tras la caída del expresidente Bouteflika, tras lo cual se hicieron del poder los militares, con un Gobierno y un jefe de Estado interinos, que son rechazados por los manifestantes que piden que caiga todo el viejo régimen. Una demanda que incluye a los militares que formaron parte del gobierno de Bouteflika durante 40 años y que por ahora tuvieron que cancelar unas elecciones amañadas que habían convocado para el 4 de julio.
Los comicios habían sido convocados por el presidente del Senado, Abdelkader Bensalah, de acuerdo a la Constitución, que sin embargo no contemplaba una alternativa en caso de que estos no se celebraran. Es decir que tras la suspensión de las elecciones Argelia quedó en un limbo político, del que por el momento el Ejército quiere salir a base de amedrentamiento y represión a los manifestantes. |