El fotógrafo que registró momentos clave de la Masacre de Avellaneda del 26 de junio de 2002 estuvo en el Puente Pueyrredón exigiendo juicio y castigo a los responsables políticos.

Pepe Mateos es el fotógrafo que, trabajando para Clarín, registró con su cámara momentos clave de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Sus fotos fueron pruebas fundamentales en el juicio al acomisario bonaerense Alfredo Fanchiotti y al cabo Alejandro Acosta.

Este miércoles, a 17 años de la Masacre de Avellaneda, Mateos participó de la concentración y movilización en las puertas de la estación Maximiliano Kosteki y Darío Santillán de la Línea Roca, en Avellaneda.

“Venir al Puente Pueyrredón y a la Estación 17 años después tiene un significado muy especial, porque es seguir sosteniendo las luchas populares, es seguir sosteniendo una idea de transformar la realidad, una idea de militancia, de entrega a la lucha”, dijo Pepe a La Izquierda Diario. Agregó que es importante “reivindicar las figuras de Darío y Maximiliano”.

Leé también Pepe Mateos y la Masacre de Avellaneda: la fotografía como poderosa herramienta política

Respecto al operativo represivo montado en el Puente Pueyrredón, Mateos dijo que “hoy tiene un significado especial, es como una afrenta, un insulto a la voluntad popular, es un insulto a las luchas sociales, un desprecio por todo lo que significa querer convertir esta sociedad en otra cosa y no en esto que estamos viviendo”.

“Más allá de los gobiernos, de un lado del otro, este Gobierno ha llevado a las cosas a un extremo de desprecio por las clases populares. Y hoy, acá, quieren marcarnos claramente el lugar que tenemos que ocupar para ellos, estar del otro lado y dejar que ellos hagan sus negocios y construyan el país de mierda que están haciendo”, afirmó el reportero gráfico.

En ese sentido reivindicó la movilización junto a los familiares de Darío y Maxi. “Me parece muy importante estar hoy acá y decirles (al Gobierno) que no queremos este tipo de situaciones, que queremos tener otro país”.

Por último, Mateos hizo referencia a las responsabilidades políticas de la masacre. “A todos los trabajadores de prensa que participamos ese día nos sorprendió que hayamos podido ser tan útiles a la resolución de una situación que se estaba dando”, reflexionó. Y agregó que “la impunidad y la injusticia es parte de la historia de las luchas, por eso el hecho de haber desentramado la cuestión de los culpables tuvo un valor importante. Está bién mantener la cuestión del pedido de juicio a los responsables políticos, pero lo que más me parece importante es mantener la idea de la lucha”.