Mientras los datos de la pobreza y la indigencia crecen, las noches frías del invierno que comienza siguen condenando a los que menos tienen. La semana pasada, en San Nicolás y Jujuy, se sumaron dos casos. Ayer, con una noche que llegó a los cero grados, le tocó a Sergio.
Sergio murió de frío, víctima de un sistema en el que al menos 20 mil personas, sólo en la Ciudad de Buenos Aires, viven en la calle.
Sólo obtuvo un techo cuando la policía porteña, para tapar su cuerpo sin vida, montó una carpa para esconderlo, para que no llame la atención de los transeúntes que pasan, todas las mañanas, por la calle Perú, entre Belgrano y Venezuela, tan sólo cuatro cuadras de la Casa de Gobierno y a cinco del lujoso Puerto Madero, donde lucen relucientes los edificios, bares y espacios para el ocio con los que cuentan los sectores más pudientes: empresarios, famosos, funcionarios, gerentes.
Otra muestra de cuánto importan para el Estado y los gobiernos de turno las vidas de los más pobres: nada. Tan sólo propagandas en las redes sociales llamando a ser "voluntarios" de las recorridas que realiza ¡cada 15 días! el gobierno de Rodríguez Larreta. Una hipocresía absoluta.
Las condiciones de vida de amplios sectores de la población se precarizan cada vez más de la mano de la crisis, del ajuste y de las exigencias del FMI. Y el Estado, sus gobiernos y los partidos mayoritarios, que votan esos planes en el Congreso, son responsables.
La plata que va para la deuda tiene también este tipo de consecuencias sobre la vida del pueblo trabajador y pobre. Como plantea el Frente de Izquierda Unidad, hay que invertir las prioridades y garantizar que la plata vaya para educación, vivienda, salud, para satisfacer las necesidades básicas de la población, y no para los especuladores y grupos financieros.
Ese es el mensaje que el FIT-Unidad se propone llevar a millones en el marco de su campaña, que en la Ciudad de Buenos Aires apuesta a llevar a Myriam Bregman y a estos planteos a la Cámara de Diputados de la Nación. |