El equipo le ganó al seleccionado chileno por 2-1 (goles de Agüero y Dybala, descuento de Vidal de penal para la Roja) y se quedó con el 3° lugar. Segunda tarjeta roja a Messi en 15 años de carrera.
Argentina fue de menor a mayor en esta Copa América y con una buena actuación ante Chile ingresó al podio: los dirigidos por Scaloni derrotaron al equipo bicampeón dejando una buena imagen, aunque los principales flashes se los llevó la insólita (e injusta) tarjeta roja al capitán Lionel Messi.
Más allá de lo futbolístico, en un partido de importancia relativa como la disputa por un 3° puesto tal vez cobra mayor peso lo anímico: en ese aspecto la selección albiceleste llegaba mejor, con la sensación de haber hecho un buen partido ante Brasil en el que quedó el sabor amargo de la injusticia ante la duda de qué hubiera pasado si la tecnología del VAR se hubiera aplicado para revisar jugadas como mínimo polémicas (y que hubieran redundado en un penal favorable a Argentina con seguridad); mientras que Chile quedó más golpeado al ser superado ampliamente en el juego por un Perú impecable. Además el plantel que dirige Reinaldo Rueda tenía la ilusión de su tercera final de Copa América consecutiva. Los rivales de aquellas dos finales se volvían a encontrar y cuando tomaron conciencia, el partido cobró más relevancia. Se lo quedó la celeste y blanca.
Aquel equipo errático, desordenado y confundido que había arrancado la competencia perdiendo con Colombia, fue encontrando su funcionamiento, tal vez construido a partir de un grupo que se fusionó en la adversidad ante la lluvia de críticas y cuestionamientos que cosechaba. Una generación experimentada y otra de renovación (proceso que el DT no manejó del todo bien en el período previo a la convocatoria) finalmente se encontraron y permiten avizorar un hilito de luz de esperanza. Ese es el principal resultado para esta Selección.
Capítulo aparte merece el rol del VAR que en esta Copa América Brasil 2019 abre una falsa polémica: VAR sí o VAR no. El problema no es la tecnología sino el uso –en este caso totalmente arbitrario- que se hace de ella. No hay ninguna premisa reglamentaria que indique las circunstancias para su uso, con lo cual las viejas injusticias y manipulaciones siguen planteadas.
Agüero marca el 1-0 tras una picardía en sociedad con Messi. Golazo.
A todo esto, hubo un partido: lo jugó mejor Argentina que, salvo unos primeros 10 minutos mejores de la Roja, supo manejar la pelota y no desesperarse con la ausencia forzada de Messi por esa bochornosa tarjeta roja de un árbitro desastroso como Mario Díaz de Vivar. Tal vez el Señor Barriga, Edgar Vivar, hubiese sido más justo y criterioso que este hombre. Si Edgar le perdonaba la renta a Don Ramón, Díaz de Vivar cobró para CONMEBOL y no le perdonó las críticas a Lío.
Muy alentadora la jugada del primer gol que mostró a una dupla Messi-Agüero conectadísima (como todos recuerdan, similar en este caso a aquella de Maradona-Caniggia) que puede marcar la diferencia. Ratificaron buen momento jugadores como Rodrigo De Paul, Paredes y Lo Celso, mostraron una mejora en el rendimiento Ottamendi y el propio Agüero y apareció Dybala para dar un mensaje tácito de que merecía más minutos en cancha.
Messi incendiario contra Conmebol. Scaloni se queja contra Conmebol. Tapia mandó cartas contra Conmebol, pero es su vicepresidente segundo y uno de sus representantes en FIFA.
Habrá un tiempo para acomodar las fichas antes del comienzo de las eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022 (arrancan a fines de marzo del año que viene), habrá que ver qué destino tienen Scaloni y su cuerpo técnico, pero si algo positivo dejó para el fútbol argentino esta tortuosa Copa América es que pese al descontrol institucional (AFA-selecciones nacionales), empieza a aparecer un equipo.
