Fotografía: wikimedia
Ignacio Guido Montoya Carlotto, el nieto recuperado de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, declaró ayer como testigo en la causa en la que se investiga su apropiación durante la última dictadura. Se averigua si el matrimonio que lo crió fue cómplice en la apropiación o lo adoptaron de buena fe como sostiene el nieto de Carlotto.
Tanto Guido como la titular de Abuelas se opusieron a que la entonces jueza de la causa, María Servini de Cubría, citara a declarar al matrimonio integrado por Clemente Hurban y Juana Rodríguez, que criaron a Ignacio como hijo natural. La jueza había imputado al matrimonio, y también al médico que certificó que el nieto de la titular de Abuelas era hijo del matrimonio Hurban.
Este pedido de la magistrada terminó con la estrecha relación que tuvieron Carlotto y Servini, una jueza cuestionada por su papel servicial frente al poder de turno.
Por su parte, la titular de Abuelas defiende al matrimonio por considerar que es “gente muy humilde, campesina” que solo cumplieron un rol de crianza de Guido. Mientras apunta contra el difunto titular de la Sociedad Rural de Olavarría, Carlos Francisco "Pancho" Aguilar quien, asegura Carlotto, entregó a su nieto “a estos obreros, a estos peones".
Mientras estuvo a cargo de la causa, la jueza sostenía que si bien "no hay pruebas" que incrimine a los Hurban, “son apropiadores hasta que se demuestre lo contrario”, y acusó a la titular de Abuelas de “desviar la investigación en cuanto no se toque al padre de crianza como lo llaman ellos”.
La actitud adoptada por Estela de Carlotto obstaculiza, no solo saber qué pasó con su nieto, sino lo de 400 hijos apropiados durante la dictadura cívico-militar que todavía no conocen su identidad.
Organismos de derechos humanos como el CeProDH señalan que “la negativa del gobierno de abrir los archivos de la dictadura, dificultan las tareas de investigación para que se aclare la verdad de los hechos y se encuentre a los responsables de esta y todas las apropiaciones aun no resueltas”. |