A nivel nacional se hace latente la crisis de la salud sexual, sólo el 2018 se registraron 6.900 casos de VIH como parte de un crecimiento continuo desde 2010, transformándose en un aumento epidémico del virus. Esta situación es el resultado de las políticas de los últimos tres gobiernos de turno. El Gobierno de Piñera tiene una de las posturas más conservadora y reaccionarias, ejemplo de ello, es que el ex ministro de salud, Emilio Santelices haya responsabilizado a la población migrante por el aumento de la condición.
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Por otro lado, el aumento a un 50,5% de "objetores de conciencia" a nivel nacional ha significado un obstáculo al momento de implementar el pequeño avance de la despenalización del aborto bajo tres causales, manteniendo la lógica de criminalización a las mujeres que toman la decisión de terminar con su embarazo, sobretodo en torno a la causal de violación y otras por fuera de la legislación. Incluso un reciente caso en la ciudad de Antofagasta en donde con la sospecha de un aborto inducido se está llevando a cabo una investigación para su penalización.
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En este contexto, es que el viernes pasado, Izkia Siches, presidenta del COLMED apuntó a la necesidad de implementar educación sexual integral, haciendo un llamado al oficialismo a dar “una señal muy clara de que no quiere cometer los mismos errores de su Gobierno anterior y de la Nueva Mayoría”. Afirmando incluso que le “parece irrisorio que en el 2019 (la educación sexual) todavía no esté inserta en los curriculum regulares de los colegios”.
Por esto, es que en miras al 25 de Julio, Día por la Despenalización del Aborto en Latinoamérica, no podemos conformarnos con la situación actual. No debemos quedarnos tranquilos con apelar a la “voluntad” del Gobierno de derecha y conservador para transformar la situación de la Educación Sexual en Chile, sobretodo considerando la crítica situación que pasa la salud sexual de 30.000 personas que viven con VIH sin conocer su diagnóstico, con las 342 menores de 14 años víctimas de violación que quedaron embarazadas y se vieron enfrentadas a la objeción de conciencia.
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Los trabajadores de la salud no podemos esperar pasivamente la respuesta de los organismos e instituciones, debemos hacerle frente a la Objeción de Conciencia, instalada a través de la Ley de Aborto en tres causales de Bachelet, que ha fortalecido la derecha, viéndola como una herramienta conservadora para impedir el derecho sexual y reproductivo de cientos de mujeres, trabajadores y la juventud. Debemos sobreponernos a la moral conservadora que mantiene en el secreto y el tabú de la sexualidad responsable, y así poder hacer frente a la pandemia de VIH y otras infecciones de transmisión sexual que afectan la vida de miles.
Para este gran objetivo debemos unificar nuestras fuerzas, junto a usuarios, mujeres, estudiantes, en una gran campaña por el derecho al aborto lega, libre, seguro y gratuito, por anticonceptivos de calidad a disposición de todos y todas en la salud pública, por una educación no sexista y laica sin la moral conservadora de la iglesia, que permita finalmente implementar una educación sexual integral de calidad. | 
