El presidente estadounidense reconoció este martes el fracaso en las negociaciones para que Guatemala se convirtiera en tercer país seguro. Su objetivo era lograr que los migrantes permanecieran en ese país en lo que Washington analizaba sus solicitudes de asilo y enviar a ese país a quienes llegaran a EE.UU. a presentar los pedidos.
"Guatemala, que ha estado formando caravanas y enviando grandes cantidades de gente a EE UU, algunos de ellos con antecedentes criminales, ha decidido romper el acuerdo que tenían con nosotros para la firma del necesario acuerdo de tercer [país] seguro", estalló Trump en Twitter.
Uno de los factores determinantes para que no se lograr un acuerdo fue que la Corte de constitucionalidad, la principal instancia legal en Guatemala recibió cuatro amparos y ordenó que Jimmy Morales no viajara a Washington a firmar el acuerdo con Trump.
Quienes presentaron los amparos fueron Jordán Rodas, encargado de la Procuraduría de Derechos Humanos, Manfredo Marroquín, excandidato presidencial del Partido Encuentro por Guatemala, Gabriel Orellana y Édgar Gutiérrez. Afirman que Guatemala no tiene las condiciones socioeconómicas para llevar el cabo el acuerdo impulsado por el mandatario estadounidense.
A esto se suma que a Jimmy Morales le queda sólo medio año de gobierno, ya que la segunda vuelta electoral se realizará el próximo 11 de agosto y el ganador de estos comicios asumirá la presidencia de Guatemala el 14 de enero de 2020.
En primera instancia, Trump estableció que para solicitar asilo en Estados Unidos una persona no debe haber transitado por o haber viido en otro país. En los hechos, sólo los mexicanos o los canadienses podrían cumplir ese requisito.
Ahora redobló la apuesta, y amenazó al gobierno de Jimmy Morales con imponerles "vetos, aranceles o impuestos a las remesas" o "todas juntas". Recordó también que hace unos meses dio la orden de desaparecer los programas de asistencia al denominado Triángulo Norte centroamericano (integrado por Guatemala, Honduras y El Salvador), los países de donde más familias emigran.
Mientras tanto, la posibilidad de que México se transforme formalmente en tercer país seguro se mantiene –en los hechos ya es así, aunque las autoridades mexicanas lo nieguen.
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