En el día de ayer el conflicto entre trabajadores de aeropuertos y el Gobierno tuvo un nuevo capítulo cuando Tomás Insasuti, a cargo de la ANAC, denunció penalmente a aeronavegantes que habían leído un comunicado crítico del gobierno al finalizar distintos vuelos.
El conflicto de los trabajadores aeronáuticos comenzó hace semanas, cuando trabajadores enrolados en APLA y UALA denunciaron las políticas gubernamentales que definieron como “desregulatorias”.
Esta semana, los trabajadores adoptaron una medida de fuerza distintiva que fue leer un comunicado conjunto de los sindicatos donde se denunciaba las políticas aéreas del gobierno y cómo podían afectar a trabajadores y usuarios.
Ante esto el Gobierno respondió con la denuncia contra los trabajadores que habían leído el comunicado.
El gobierno denuncia que los trabajadores violaron "lo establecido en el Manual de Operaciones del Explotador (MOE) y las Regulaciones Argentinas de Aviación Civil", por lo que decidieron avanzar en las medidas contra los trabajadores que pueden ser tanto sanciones “laborales como penales”.
No deja de ser curioso que la causa termine en el juzgado de Carlos Stornelli, el fiscal que se vio implicado en las causas de espionaje ilegal junto al falso abogado Marcelo D’alessio.
A su vez, el Gobierno denuncia que el titular de APLA, Pablo Biró, “está muy vinculado con el ’cristinismo’, busca un cargo y está haciendo fuerza para tratar de quedar bien visto. Por sus propias ambiciones usa el gremio y toma de rehenes de los pasajeros para hacer campaña".
Sin defender a Biró que, como parte de la dirigencia sindical burocráctica, viene dejando pasar el ajuste de Macri, los despidos y la pérdida del poder de compra del salario, no hay que dejar de advertir que lo que el Gobierno busca es avanzar aún más sobre las condiciones de trabajo del conjunto de la clase obrera.
Ya lo dijo Macri en estos días: si gana las elecciones va a seguir haciendo lo mismo, pero “más rápido”. Es decir, que avanzará con una nueva reforma previsional que atacará más a los jubilados y una reforma laboral para precarizar más a los trabajadores.
Macri, junto con el respaldo de los grandes empresarios, busca tomar el conflicto con los aeronavegantes para demonizar a los trabajadores y así dejar el terreno listo para eventualmente avanzar con el ajuste que exige el FMI.
Pero ese terrero que hoy quiere abrir el macrismo, servirá para quien gobierne después, sea quien sea. En caso de que finalmente se imponga el Frente de Todos de Alberto Fernández, él y sus principales economistas ya adelantaron que honrarán las deudas con el FMI y los especuladores internacionales.
Esa deuda, que ya hoy representa casi el 90 % del PBI (es decir la riqueza que producen los trabajadores) será pagada con el hambre y la miseria de los trabajadores a los que les querrán imponer un ajuste en sus salarios y sus condiciones laborales para pagarles a un puñado de banqueros que viven de exprimir a los pueblos en todo el mundo.
Sólo desde el Frente de Izquierda decimos que hay que invertir las prioridades y que todos los recursos sean destinados a el salario, el trabajo y la educación y la salud pública. |