La avícola Cresta Roja solía ser presentada como un modelo a seguir durante los primeros años de la gestión de Macri. El oficialismo se enorgullecía de la presunta creación de puestos de trabajo.
Sin embargo, la realidad fue muy distinta. Bajo la gestión de Cambiemos, la situación de los trabajadores no dejó de empeorar. Tras pasar por la gestión de diversos grupos empresarios, a inicios de 2018, Granja Tres Arroyos se queda con la firma.
Lo que siguió fue un plan que implicó cientos de despidos de trabajadores. Cada manifestación de reclamo en defensa de los puestos de trabajo fue reprimida duramente por la Bonaerense de Vidal, la misma gobernadora que había posado sonriente varias veces ante la planta.
En diciembre de 2018, la represión incluyó una cacería que alcanzó a los barrios cercanos, con el ingreso de la Policía a las casas para intentar detener trabajadores. Posteriormente, los detenidos quedaron incomunicados.
Aquellos empresarios vaciadores y responsables de más de mil despidos hoy son aportantes de la campaña de Mauricio Macri. Joaquín de Grazia, presidente del directorio de Granja Tres Arroyos, acaba de hacer dos aportes por $ 400.000 a la campaña nacional de Juntos por el Cambio.
Casi un millón de pesos en aportes al gobierno que les garantizó un negociado enorme en Cresta Roja, a costa de más de 1.000 despidos. Y que, además, les garantizó la represión necesaria contra el reclamo en defensa de los puestos de trabajo.
Como denunció el Frente de Izquierda, la nueva ley de financiamiento político lo que hace es blanquear la injerencia de las grandes patronales en la política. Esto no es más que otra muestra de esa injerencia.
Repitiendo la letra del tango, la patronal de Cresta Roja podrá cantar “los favores recibidos, creo habértelos pagado...” |