Luciano Concheiro, subsecretario de educación pública en gira por Morelos aseguró que el gobierno de la Cuarta Transformación no se plantea un rescate de las 11 universidades en quiebra, sino un apoyo condicionado por una reestructuración ¿Qué implica esta política?
El gobierno de la Cuarta Transformación ha dicho que su principal prioridad es garantizar el acceso universal a la educación pública, anunciando la creación de decenas de universidades en todo el país para paliar el enorme porcentaje de rechazados de las universidades a nivel nacional.
<quote<Desde ese anuncio, muchos nos preguntábamos ¿qué va a pasar con las universidades que desde el sexenio pasado se encuentran en quiebra técnica?
Recientemente, Luciano Concheiro subsecretario de Educación Superior de la Secretaria de Educación Pública aseguró que el gobierno federal comienza a negociar el apoyo a las 11 universidades con problemas financieros y en su gira por Morelos comentó: “tenemos que llegar a un planeamiento lo antes posible ante el presidente de la República, pues se planteó un compromiso de no tener un rescate sino de tener un cambio estructural”.
Las universidades en quiebra son la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) y la Universidad Veracruzana (UV) a las cuales se les suma recientemente la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
¿Qué implica el cambio estructural en la educación superior?
El acuerdo que Concheiro y la SEP quieren hacer pasar implica un duro golpe a los docentes y trabajadores administrativos, ya que condiciona el rescate de las universidades a cambio de un estricto programa de “disciplina financiera” que contempla el despido de académicos y trabajadores administrativos, la suspensión de nuevas contrataciones y el congelamiento de plazas vacantes, la reducción de personal de honorarios y la reestructuración del sistema de pensiones y jubilaciones.
Es decir, el régimen de la Cuarta Transformación que con una retórica pseudo “progresista” asegura que su prioridad es garantizar la educación pública, impulsa en lugar de esto un programa que en los hechos es continuidad de las políticas neoliberales que establecen que los derechos más elementales de los trabajadores son un lastre imposible de sostener. Como si impartir la educación fuese un privilegio, a diferencia del salario de la casta universitaria que, por cierto, se deja intacta y hoy se apoya en ella para que sean los trabajadores quienes paguen la quiebra técnica de las universidades.
Concheiro asegura que con esta reestructuración se busca impulsar el combate a la corrupción y la democratización de las universidades respetando su autonomía, pero ¿cómo puede llevarse adelante esto de la mano de los rectores y autoridades culpables del desfalco del presupuesto de sus universidades?
No es un secreto que los recursos universitarios han sido históricamente un botín de recursos millonarios que han parado en las arcas de los rectores, altos funcionarios y hasta de partidos políticos, es el caso del desfalco de la UAEM(Morelos) con un desvío de 914 millones de pesos, similar al de la UV en tiempos de Javier Duarte. Ningún funcionario ha sido siquiera investigado de manera exhaustiva pero la SEP ya tiene al culpable: los trabajadores y sus familias.
La Confederación de Trabajadores Universitarios (CONTU) advirtió que para septiembre por lo menos diez universidades no tendrán dinero para poder pagar los salarios de los trabajadores. Por ello, llama a un paro nacional si se retrasan los pagos, sin embargo, estas direcciones sindicales lejos de construir una agenda combativa para dar una respuesta contundente, se limitan a disparar tiros al aire para legitimarse y descomprimir el enorme descontento de miles de trabajadores que están en riesgo de perder su fuente de empleo.
El problema de las universidades públicas en quiebra técnica y la salida reaccionaria que plantea la Cuarta Transformación tiene que ser tomada en cuenta por todos los sindicatos universitarios empezando por el STUNAM que se prepara para su congreso, ya que si pasa esta política en 14 universidades el próximo paso, anunciado también por Luciano Concheiro es el ataque a las pensiones, las que califica como “uno de los principales factores del déficit presupuestal”.
Es decir, si hoy se avanza en pasar un duro golpe a los trabajadores de las universidades en quiebra técnica mañana vendrán por nuestras jubilaciones ya que, según Concheiro, este año se prevé una nueva ley de pensiones para el sector universitario.
Frente a esto y rumbo a los congresos del sindicalismo universitario empezando por el STUNAM y el SITUAM es clave que los trabajadores pugnen por un plan de lucha unificado que contemple movilizaciones unitarias y el paro nacional en defensa de las universidades públicas y sus trabajadores.
Las autoridades de la SEP cierran filas con las rectorías de todas las universidades y se preparan para desmantelar nuestras conquistas, es urgente tejer la unidad para evitar un nuevo golpe al sindicalismo universitario. |