Soy Florencia, tengo 22 años, soy madre soltera, estudiante de nivel terciario y como muchos de ustedes laburo precarizada. En estas elecciones se la pasan hablando del futuro de los jóvenes. Pero ¿realmente les interesa nuestro futuro?
Mi realidad es la de la mayoría de los jóvenes de Traslasierra, apenas tenemos chances de conseguir un laburo por la temporada de verano, en enero y febrero, cuando se “sale de vacaciones” nuestra realidad es otra. Tenemos que conseguir más de un laburo para poder tirar en el año y así ayudar a nuestros viejos porque vivir solos es casi una utopía. La mayoría de las veces laburando en negro, sin pago de horas extras y sin francos.
Cuando termina el verano también termina nuestro empleo y nos vemos nuevamente en la búsqueda implacable para intentar llegar a fin de mes. Sabemos que hay muchos en las mismas condiciones, cuando se consigue un laburo nos tenemos que fumar todo tipo de maltrato “porque atrás de vos hay cien más”.
También existe la realidad de los pibes que laburan en los hornos de ladrillo o en la papa ya que sus viejos lo hacen y desde muy chicos comienzan a laburar ahí sin obra social, en negro y en condiciones de extrema precariedad.
Los que tenemos la “suerte” de estudiar hacemos malabares si laburamos y estudiamos. Se nos retrasa la carrera y tenemos que estar más tiempo del planeado. Entre fotocopias, materiales, el gasto diario es muy difícil. Muchas jóvenes como yo son también sostén de hogar. En la zona hay muy poca oferta para los estudiantes. La mayoría de las veces las carreras disponibles no están en los terciarios públicos y tenés que pagar porque no te da el cuero para irte a la ciudad, no te alcanza para todo. Tampoco recibirte es una garantía. Salir al mercado laboral es remarla en dulce de leche, no conseguís laburo de lo que estudiaste y si hay algo es ad honorem o con salarios bajísimos porque “hay que pagar derecho de piso”.
Así te la pasas “peleándola” en trabajos precarios, vendiendo empanadas o lo que sea, en las ferias, privándote de cualquier “gustito” para poder ser “alguien”. Sí, así te dicen, como si vos ya no fueses alguien, como si no fueses alguien que merece poder estudiar y tener un trabajo digno. Y la historia se repite para muchos, como mi amiga Yami que durante el verano pudo laburar con sus viejos, pero después tuvo que buscar otro trabajo en el cual tiene que soportar insultos y maltratos por parte de su jefe porque si no, no puede pagar el alquiler y menos continuar con sus estudios. O Abigail, que además de estudiar tiene que mantener dos laburos porque en su familia ella es sostén de hogar.
Esto es lo único que nos ofrecen y a lo que nos condenan los gobiernos y todos los partidos tradicionales, que defienden sus propios intereses y los de sus amigos empresarios. Entonces, ¡basta de hablar de nosotros cuando no estamos en sus agendas!
Pero estamos los que no nos resignamos. Esto no es lo normal, no es lo que nos tiene que tocar. Por eso yo empecé a militar en una fuerza política que me representa y que propone salidas de fondo. Y no habla de la juventud como un slogan de campaña. En el Frente de Izquierda Unidad nosotros somos los protagonistas. No nos tienen que contar nada. Nosotros la vivimos. Y porque la vivimos, la queremos cambiar.
A nuestros candidatos y candidatas tampoco se la tienen que contar, comparten nuestras mismas preocupaciones, como lo manifiesta Nico del Caño en su libro “Rebelde o precarizada” donde cuenta como es nuestra vida en tiempos del FMI. Algo de lo que ninguno de los políticos tradicionales habla, cómo trabajamos, cómo vivimos. Muestra esa juventud que se rebela en el trabajo, que desborda las calles con la marea verde, que discute de política, que no quiere ser descartable.
Si nosotros somos el futuro, tenemos que transformar el presente porque queremos una vida que merezca la pena ser vivida. Y es por eso que es necesario fortalecer al Frente de Izquierda Unidad, que está al lado de los trabajadores en el Congreso y en las calles, que proponen el reparto de las horas de trabajo, para que dejen de romper nuestros cuerpos y llenar sus bolsillos y tengamos tiempo para estudiar, hacer lo que nos gusta, becas para costear nuestros estudios que no signifique una odisea estudiar e incluso jardines maternales en las universidades y terciarios públicos. La única fuerza política que defiende derechos tan elementales como la educación sexual integral con perspectiva de género en todas las escuelas, por anticoncepción gratuita y por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
Vamos con quienes defienden la educación pública, gratuita, laica y de calidad por eso exigimos la inmediata separación de la Iglesia del Estado.
Yo te invito a conocer todas nuestras propuestas y que te sumes a nuestra campaña hecha a pulmón. En defensa de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Para que esta vez la crisis la paguen los capitalistas, te invito a organizarte para dar vuelta la historia y que nuestro futuro sea una prioridad. |