Julio Blanco
| Dirigente de la Corriente Socialista de las y los Trabajadores de Perú
Pese a militarización en la región de Arequipa-Perú, el paro iniciado el lunes 5 de agosto que exige la inmediata anulación del proyecto minero Tía María de propiedad de la empresa Southern Copper, se desarrolla de manera contundente.
A pesar que el gremio empresarial de transportistas decidió no acatar la medida de lucha, esta no ha dejado de ser categórica y total, por eso el lunes 5 la paralización abarcó los diferentes sectores productivos y de servicios. Dentro de los manifestantes, destacó el gremio de trabajadores de construcción civil, quienes desde tempranas horas del día lunes organizaron piquetes para bloquear las diferentes arterias de la ciudad de Arequipa impidiendo con ello la circulación del tránsito y asegurando así el éxito de la medida de lucha. A ellos se sumaron otros sectores, como los pequeños comerciantes de los mercados de abastos, profesores, jóvenes y pueblo en general.
En la zona portuaria de Matarani, los pobladores del valle de Tambo se enfrentaron también a la policía que desde tempranas horas buscó reprimir a los manifestantes a fin de evitar el éxito de la paralización. En ese entender y para provocar a la población, los policías lanzaron bombas lacrimógenas y arremetieron violentamente contra los pobladores. El enfrentamiento dejó como saldo una mujer herida, Anabella Pucho Uscamayta, quien recibió un impacto de bala en el brazo izquierdo y fue llevada a un centro de salud del distrito de Deán Valdivia.
La Southern y el Gobierno, a través de las grandes cadenas mediáticas, tanto escritas, televisivas y radiales, desde que inicio la medida de lucha trataron de descalificarla a fin de que esta pierda legitimidad y el consiguiente apoyo popular, sin lograrlo. Por eso, periódicos de gran circulación nacional como La República, Perú 21 o El Comercio, a través de sus voceros estrella como Alvares Rodrich o Rosa María Palacios, hacían todo lo posible para hacer ver que la lucha del pueblo de Arequipa - reiniciada el 5 de agosto - era violenta y promovida por extremistas al margen del pueblo. Callaban, por cierto, en todos los idiomas la actuación de la policía y las fuerzas armadas y sobre todo las mentiras del presidente Martín Vizcarra, quien se comprometió a no dar el visto bueno al proyecto Tía María si este no contaba con el apoyo de la población y en la práctica hizo todo lo contrario.
Los voceros de la Southern y del Gobierno, pretenden hacer creer ahora que el problema suscitado por la licencia al proyecto Tía María está siendo manipulado por el presidente regional de Arequipa, Elmer Cáceres Llica, para sacar réditos electores. Además, han iniciado una campaña financiada por Southern para hacer creer que sin mega minería no hay desarrollo. Más allá del oportunismo de Cáceres Llica, lo cierto es que la contundencia de esta nueva medida de lucha va dejando claro que es el pueblo de Arequipa el que rechaza la mega minería porque es consiente que a pesar de que en su momento se dio el boom primario exportador el cual generó un significativo crecimiento económico, ello no ha permitido acabar con la pobreza y el desempleo que son las causas estructurales que motivan este nuevo ascenso social en el Perú.
Martín Vizcarra, quien para desviar la atención y para descongestionar la bronca social del valle de Tambo anunció el pasado 28 de julio el adelanto de elecciones, ha sentido la pegada ocasionada por el paro indefinido iniciado por el pueblo de Arequipa el 5 de agosto. Por eso, en reunión con el alcalde provincial Omar Candia y con el vice presidente regional Walter Gutiérrez, dejó entrever que era posible que para el 14 de agosto, fecha cuando se conmemora el aniversario de Arequipa, él podría viajar a esta región llevando el anuncio de anulación de la licencia de construcción al proyecto Tía María.
Ya nada se puede esperar de un Gobierno que está completamente absorbido por los dictados del gran capital, lo cual quedó claro cuando hace algunos días atrás el ejecutivo aprobó la nueva reforma laboral que recorta derechos a los trabajadores y que se presentó encubierta bajo el membrete de Plan Nacional de Competitividad y Productividad. Que quede claro: este es un Gobierno de los grandes empresarios que quiere que la crisis económica en curso la terminemos pagando las y los trabajadores y el pueblo pobre. No se lo permitamos. El pueblo de Arequipa hoy nos muestra el camino. Solo la lucha y la auto organización del pueblo y los trabajadores son garantía de victoria.
