Cristina Sol
| Estudiante de Derecho Internacional, Universidad Autónoma del Estado de México
A más de una década de iniciada la crisis capitalista internacional, el mundo se aprecia cada vez más la violencia institucional en diversos países signo de la preocupación del capital ante las protestas de las masas.
Muy temprano ayer por la mañana de camino a la universidad (todavía no salía el sol), al bajarme del carro había una "perrera", una patrulla y más de 5 policías a pie con sus armas en las manos. Seguí mi camino y en la esquina siguiente había un convoy de milicos.
Max Becherer, Associated Press
¿Quién puede sentirse segurx, cuando despertamos con la noticia de que los policías que violaron a una menor podrían salir libres y conservarán su cargo? ¿Son esas escorias la clase de gente que está para "cuidarnos"?
El ejército, los policías y militares son el brazo armado del capitalismo. Su naturaleza y razón de ser es reprimir cualquier protesta y manifestación de descontento. Pero es del ejército, de los policías y de los militares desde donde se han perpetrado múltiples violaciones, desapariciones, extorsiones, secuestros, levantones, robos y participaciones en las redes de trata.
#FueElEstado
Esta semana no supe en qué año desperté: pareciera como si en el siglo XXI continuara la esclavitud.
A inicios de semana dos policías blancos a caballo llevaban por las calles esposado y atado con una cuerda a un afroamericano en Texas. Estas prácticas propias del esclavismo hoy día son reivindicadas por grupos racistas, xenófobos y supremacistas.
¿Pues en qué año estamos? Los policías en Texas siguen reproduciendo con absoluta naturalidad y una cínica impunidad brutales prácticas propias del esclavismo, cuando fue ese mismo supremacismo blanco de extrema derecha que se ha envalentonado respaldado por el discurso xenófobo de la Casa Blanca. Ese odio hacia los migrantes y racismo imperialista hacia los latinos que escupe Trump y todas sus instituciones fue lo que alentó la más terrible masacre de hispanos de la historia reciente de Estados Unidos, también sufrida en Texas.
Esta imagen muestra a un hombre detenido por la policía cerca del Departamento de Policía de Baton Rouge.
Jonathan Bachman, Reuters
Por eso no podemos pensar que son “policías malos” al interior de las instituciones. Este gobierno y sus instituciones jamás darán solución a la violencia que vivimos migrantes y nativos. La violencia hacia los migrantes y latinos es estructural porque desde el Estado se reproduce un discurso de odio, racismo y xenofobia, generando además las condiciones culturales, sociales y económicas para que los migrantes vivan una brutal violencia todos los días.
Lo ocurrido en Texas (y los atentados en otros puntos de EEUU) fue una masacre y no un casual tiroteo, como lo pinta la prensa, naturalizando el crimen.
El asesino en Texas odia a los migrantes y latinos porque "invaden" y ponen en "peligro" a los Estados Unidos. La masacre del fin de semana justo sucedió nueve meses después de que Trump desplegó a más de 5.000 militares en la frontera y de que se refiriera a los migrantes como invasores.
El muro de Trump se volvió realidad con la Guardia Nacional de López Obrador, y ese muro quizá se alargue hasta Guatemala, pero la militarización y la persecución policial no es el único obstáculo para nuestros hermanos migrantes.
El mezquino discurso de odio de Trump, que acusa a los migrantes como ladrones, violadores, asesinos y narcotraficantes encuentra carne en la gente que en México ataca con xenofobia a los migrantes, respalda la militarización del país y el despliegue de la Guardia Nacional en nuestros barrios, en las fronteras, carreteras y hasta en el metro de CDMX. Desde El Estado y sus instituciones emana el discurso racista y xenófobo que se reproduce en las redes sociales y entre la gente contra los migrantes y la caravana en su paso por México.
Después de las matanzas, desapariciones forzadas y guerra sucia, del 68 y 71, de Acteal, Aguas Blancas, Atenco, Tlatlaya, Ayotzinapa y el caso de Marco Antonio no podemos creer que con la Guardia Nacional algo cambiará, cuando incorpora a integrantes del Ejército y la Marina, instituciones clave en la militarización del país que comenzó con la “Guerra contra el Narco” y de la Ley de Seguridad Interior, en el gobierno de FECAL y EPN respectivamente.
Institucionalizan el odio, el racismo, la xenofobia; quieren que nos acostumbremos a que militaricen el mundo y el escenario se torna cada vez más grave. Tenemos que pensar que no basta con resistir, tenemos que acabar con este sistema que nos oprime y explota a millones.
No va más. ¡Ya basta!
Ningún ser humano es ilegal y menos en tierra robada.
