El pasado 8 de agosto, Sebastian Piñera afirmó en una entrevista a EmolTV: " son los países socialistas los que más han destruido y depredado el medioambiente", dentro del contexto de los preparativos de la COP 25 que se realizará en nuestro país el 2 y 13 de diciembre.
Piñera, había señalado que la responsabilidad exclusiva frente a la destrucción y depredación ambiental fue de los países socialistas, refiriéndose la decadente URSS cuando el desastre en Chernobyl se extendió por todo el mundo. Sin embargo, la afirmación de Piñera fue refutada por diversos científicos, políticos y activistas por el derecho al medioambiente ya que, el saqueo de los recursos naturales y la contaminación de parte de las empresas antecede al histórico desastre nuclear y, coincide con la instalación de la hegemonía del sistema económico y social capitalista desde la Revolución Industrial.
Además, las organizaciones medioambientalistas criticaron la miopía de Piñera ante una declaración irresponsable y al no referirse al "Cherbonyl chileno". "El presidente cita a Chernobyl pero olvida que tiene en Ventanas, Quintero y Puchuncaví, al Chernobyl chileno que diariamente le quita el futuro a los niños, las mujeres embarazadas, afectando sus derechos, su salud y su sangre. Es una zona de derrames de petróleo, de playas negras de ceniza y carbón, con jardines infantiles a metros de chimeneas que liberan mercurio y arsénico", señaló Matías Asún, director nacional de Greenpeace en Chile a ElMostrador.
"Descarbonizar la economía"
El ex canciller del último gobierno de Bachelet, Heraldo Muñoz (PPD), -quien además fue promotor del TPP11 -, rechazó las infortunadas declaraciones de Piñera agregado el interés de "descarbonizar la econonomía" en el marco de la Conferencia de las Partes (COP25) y, sumándose a la propuesta del Plan de descarbonización de la industria energética.
La necesidad de reconvertir energía se vuelve urgente cuando las zonas de sacrificio se extienden por todo el país. Sin embargo, la propuesta del gobierno hacia la eliminación del carbón en 20 y 40 años es insuficiente para la realidad de cientos de miles de afectados, y más cuando los recursos naturales cada año se están agotando.
Es urgente una salida a esta crisis ambiental desde la vereda de los trabajadores y los sectores movilizados contra la contaminación y depredación ambiental, expropiando sin indemnización del Estado a las empresas que se nieguen al plan de reconversión ambiental, nacionalizando los recursos naturales y servicios sanitarios y energéticos, donde éstos sean controlados en base a una administración democrática por los trabajadores y las comunidades junto con la asesoría de profesionales independientes a los empresarios y grandes capitalistas. | 
