Escribo porque creo que en cierta manera era inevitable, yo estaba rodeado de eso y realmente me parece que es una manera de habitar el mundo, el arte en sí en general, tiene su forma de entender la vida y a los demás, es decir uno puede vivir ahí, como estilo de vida con respecto a lo literario.
¿Cómo fue el proceso de escritura que te llevo a decir: tengo un libro?
Nunca lo había pensado como libro, uno va haciéndolo cuento a cuento pero llega un momento que te das cuenta que tenes algo que es homogéneo. Ahí empecé a darle vuelta y a pensarlo como un libro. Tenía el hilo conductor pero no deliberadamente, sino que se fue dando por una necesidad en la escritura.
Son 16 cuentos, escritos en un periodo de tiempo de 7 años. El primero, el más antiguo de todos es del 2012. Ese primer cuento del año 2012, abre una especie de relatos que tienen que ver con el trabajo, o con la falta de trabajo o con la necesidad de tener algún trabajo y a la vez con lo que significa trabajar en relación de dependencia, a partir de ahí me di cuenta que yo sobre eso tenía muchas ganas de escribir.
Trabajo desde pibito: como croupier, en bares, de mozo, pescadero e incluso de escritor. De alguna manera todos los trabajos que tuve están representados en el libro, hay un poco de autoficción y mucho de ficción. Me di cuenta que tenían un hilo muy fuerte en común por esa cuestión y por otras como el tema de la migración, el tema de las casas. En el libro están muy presentes las distintas casas, el abandono de esos lugares, el abandono de los animales, incluso las personas. Empecé a trabajar el corpus, a elegir los cuentos que quería que queden, dejé algunos afuera y así se formó el libro.
¿A qué hace referencia el título del libro “No era yo”?
Elegí el titulo pensando, primero, en la parte más sencilla, que al ser textos de autoficción, recorren lugares que yo conozco, tipos de trabajo, el lenguaje que utilizo, era como un juego de esta situación, quiero decir “No era yo ese” pero por otro lado y esto es lo más relevante, tiene que ver también con el oficio de que a veces uno se disfraza de algo o toma apariencia de algo y se mete en eso y uno tiene la tentación de decir “No era yo”, en esta afirmación ¿Qué hay oculto atrás?, hay una posibilidad. En la parte más profunda del título está la cuestión de cómo nos percibimos y de cómo queremos que nos vean y la culpa que hay en eso, y todo lo que eso trae encima. Son palabras que las aprendimos desde chicos, ¿Al final quién es ese uno, importa acaso?
¿Cómo vivís esta etapa de soltar el libro para que otros se apropien o resignifiquen tu palabra?
Me di cuenta que en este proceso lo primero es que uno se quede lo más conforme posible, lo segundo es que nunca nada se puede terminar de corregir. Darme cuenta de eso me dio cierto alivio que en su momento no lo tuve, no por la publicación, sino por el hecho del momento en que tomé la decisión de publicar y hasta que se terminó el libro; las inseguridades que uno siente en ese momento y cuando uno realmente toma conciencia por primera vez que eso que uno escribió, deja de ser propio y ya uno no está detrás para defender el texto y andar explicando, cada uno se apropiara como quiera, le gustará o no.
¿Cuál es el desafío de la narrativa frente el lector?
Cuando yo leo, la narrativa que me gusta es la que puede hacerme sentir los lugares, los olores, el ambiente. En la narrativa, un desafío hermoso es generar ese clima, que uno pueda sentir ese ambiente que se está relatando. Si hablas del monte que uno pueda sentir el ruido de los pájaros, la chicharra, el olor a monte, el olor de la madera. Que uno en el momento que lee pueda sentir eso, recordar a partir de la experiencia propia y tomarla.
¿Por qué la palabra? ¿Qué significa para vos escribir?
Empezaría diciendo: por qué no. Después en mi caso particular tuve una fuerte vinculación con la literatura. Desde mi familia, desde chico empecé a escribir. Cuando aprendí a escribir, empecé a escribir cuentos. Escribía cuentos de terror y se los mostraba a mis hermanas. Siempre estuve vinculado a la literatura desde el lugar de lector, siempre estuvo en mi cabeza el escribir historias, yo tengo la suerte de ser de un lugar donde hay grandes narradores orales, En mi familia tengo unas tías que son tremendas y desde chico, mi tía Pitona, mi tía Ñeca, siempre que nos juntábamos después de comer le decíamos: tía conta tal cosa, la historia ya la conocíamos, pero no importaba, sino que era el hecho artístico de mi tía contando sus historias. Ella era consciente que tenía un público, hacía pausas dramáticas, todo el ritmo, te daba una cosita para que vos te imagines y después te pegaba el remate, era una artista de la palabra.
Yo siempre quise contar historias porque me crie en eso, mi mamá era una buena narradora, la parte materna son grandes narradores, contrarrestando la parte paterna que no hablaban. Creo que en cierta manera era inevitable, yo estaba rodeado de eso y realmente me parece que es una manera de habitar el mundo, el arte en sí en general, tiene su forma de entender la vida y a los demás, es decir uno puede vivir ahí, como estilo de vida con respecto a lo literario. Me di cuenta que era lo que me gustaba hacer, me he demorado en publicar el libro, pero siempre escribí. Es lo que más me gusta hacer y porque tengo los estímulos desde chico para que eso suceda.
Presentación
El libro se presenta el viernes 16 de agosto a las 19, en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez (Juan Álvarez 1576-Rosario). Será una fiesta al estilo El Salmón: con la lectura de Valentin Gilardoni, la intervención de danza contemporánea dirigida por Cecilia Colombero y con la colaboración imprescindible de la actriz de El Salmón, Carla Saccani.-
Luis Alberto Steinmann nació en Eldorado (Misiones, Argentina) en 1982. Y se crió en Posadas (Misiones), siempre muy cerca del río. Nunca ha vivido en un lugar sin río: Posadas, Rosario, Buenos Aires, Sevilla. Desde hace algunos años vive en Rosario.
Los estudios académicos jamás le han resultado fáciles, alguna vez hace muchos años hizo el intento en la carrera de Psicología en la UNR cosechando un rotundo fracaso.
Ha tenido todo tipo de trabajos: hamburguesero, Croupier, Mozo (en muchos bares), pescadero, cajero, encargado de bar. A su vez, desde 2013 también se dedica a la gestión cultural, coorganiza el Ciclo Literario A cuatro voces. Desde 2018 codirige la Editorial El Salmón, donde también trabaja como imprentero.
Escribe principalmente cuentos pero también poesía. Ha publicado material en algunas revistas de literatura.
No era yo es su primer libro de cuentos.- |