Cada año el movimiento estudiantil se moviliza y recuerda en esta fecha la memoria de los caídos por luchar. Hace más de 50 años el gobierno represivo de Pacheco lanzaba un brutal ajuste y represión generalizada, y que fue combatido heroicamente por los trabajadores y el movimiento estudiantil.
No pasó mucho tiempo hasta que llegaron los primeros caídos en el campo popular, comenzando por el asesinato de Liber Arce el 14 de agosto de 1968 y seguido por otros estudiantes como Hugo de los Santos el 20 de setiembre y al día siguiente muere Susana Pintos, estudiante de la Universidad del Trabajo.
El día de los mártires estudiantiles recuerda también a otros estudiantes que murieron como consecuencia de la represión en los años siguientes, entre ellos Heber Nieto, Manuel Ramos, Julio Sposito, Ibero Gutierrez, Ramón Peré o Walter Medina.
La lucha de estos compañeros se desarrolló en el marco de un gran ascenso de la clase trabajadora y la juventud a nivel mundial, dando la vida por una sociedad sin explotación y opresión.
No a la militarización
Para la juventud y los trabajadores se desarrolla una batalla contra el avance represivo, a partir de la reforma constitucional promovida por el senador Larrañaga y que se votará en plebiscito el próximo octubre.
Es parte del discurso que intenta imponer la derecha de mano dura y mayor seguridad, propone la creación de una Guardia Nacional integrada por militares para apoyar a la policía en tareas de represión, así como también otras medidas de corte autoritario, entre ellas, la posibilidad de realizar allanamientos nocturnos, un mayor endurecimiento de penas, eliminar la libertad anticipada o restablecer la cadena perpetua para algunos delitos.
Desde la juventud ha surgido la resistencia frente a esta ofensiva que pretende militarizar la sociedad, el pasado domingo un exitoso festival convocó a más de 5000 personas en el marco de la contra campaña.
Se hace necesario ponerle fecha a una movilización masiva para expresar en las calles, tal como pasó hace años con el No a la Baja, de forma masiva el repudio a esta campaña de la derecha. Los sindicatos, los centros de estudiantes, los organismos de DDHH y las grandes organizaciones de masas del pueblo trabajador tienen la responsabilidad de garantizar una gran manifestación que repudie la reforma de Larrañaga.
Luchar en las calles en memoria de nuestros mártires
Esta avanzada de la derecha para imponer la militarización es un nuevo escalón en las políticas represivas, que criminalizan la juventud y la pobreza, con los mega operativos sobre los barrios populares, el hostigamiento a la juventud pobre por parte de las fuerzas policiales, la nacionalización de la guardia republicana y el aumento geométrico al presupuesto para las fuerzas represivas en los últimos años y la votación de leyes como la anti terrorista recientemente aprobada por los grandes partidos del régimen.
Fuerzas represivas que todavía continúan impunes por los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado, cuando asesinaron y desaparecieron a estudiantes y trabajadores. Y que hoy día son impunes de los crímenes durante la “democracia” desde la masacre del Filtro hasta los asesinatos por gatillo fácil por parte de la policía.
Se hace necesario que la pelea en contra de esta campaña que pretende hacer volver a los militares a las calles, sea el punto de inicio para una resistencia activa desde la juventud contra toda política represiva y de criminalización de la juventud pobre y contra la impunidad de ayer y de hoy.
En un sistema social donde te reprimen por ser joven, pobre o por protestar, donde la gran parte de la juventud está condenada a la precariedad laboral o el desempleo crónico y donde las perspectivas de futuro son aún más negras. Estas condiciones son la muestra de que la lucha de nuestros mártires y sus compañeros de generación aún sigue vigente, está en nuestras manos, las nuevas generaciones, hacerles honor y mantener en alto sus banderas. |