El domingo 11 de agosto se dio un resultado electoral que pocos esperaban pero se demostró contundente: la política económica del macrismo fue rechazada por millones. Pero hubo unos pocos que se estresaron por estos resultados, y con un “golpe de mercado” impusieron su agenda, se hicieron más ricos y nos hicieron a todos más pobres.
Demostraron que son ellos quienes tienen la sartén por el mango, y por ende que – si no queremos ser los que paguemos esta crisis - son sus intereses los que tenemos que atacar. Todo lo contrario a las declaraciones de Macri, que fueron algo así cómo “para qué votan otra cosa que lo que ellos querían, si ya saben como se ponen?”, explicitando que para él nuestro deber como pueblo trabajador es obedecer a “los mercados”. Que para él son “el mundo”. Su mundo. Luego, sus asesores de imagen le recomendaron que no lo diga tan brusco y salió a pedir perdón y presentar algunas tibias medidas paliativas.
Desde la izquierda diario trataremos de dar una explicación lo más sencilla posible de que fue lo que pasó.
La “mano invisible” que agarra la sartén y nos deja fritos
Los liberales sostienen idílicamente que el mercado se autorregula, y lo explican con la metáfora de una “mano invisible”. Pero este lunes post PASO, la mano fue más visible que la de Tulio en la Copa América del 95. Y es que unos pocos bancos coordinaron sus acciones para que el dólar se fuese por las nubes y se llevaron entre lunes y martes casi 400 millones de verdes, sólo del banco central.
¿Cómo fue esta corrida? Para las PASO Macri necesitaba un dólar estable. Pero su “filosofía” liberal (compartida con el FMI) según la cual la libertad del dinero es más importante que la de las personas, le impide tomar medidas de control. Entonces cada vez que se demandaban dólares -lo que hace que su precio suba- el macrismo salía a vender lo que prestó el FMI y reservas. De esta manera mantenía el precio de la moneda yanki, regalando dólares a los especuladores.
Pero para que “los mercados” “elijan libremente” no comprar tantos dólares les ofrece otra jugosa oferta: bonos argentinos que pagan una tasa anual del 60% (mientras que los norteamericanos rondan el 2,4%). Es decir, que quien compró bonos por $100.000, en un año retira $160.000. Con ese nivel de ganancias sin hacer nada, obviamente nadie invertiría en una actividad productiva. Para dar una idea más cabal, sólo con los intereses de las LeLiqs los bancos se llevan $3.000.000 diarios. Es decir, que cinco meses de ganancias de LeLiqs equivalen al total de las Asignaciones Familiares y Asignación Universal por Hijo de todo un año.
Este lunes 12 lo que ocurrió es que los bancos que antes habían comprado esos bonos, se coordinaron y salieron a venderlos masivamente y compraron dólares. Esto disparó el precio de la moneda norteamericana. Y la respuesta del gobierno fue vender cerca de u$s 400 millones entre lunes y martes. Los funcionarios macristas que tienen dólares en el exterior, aumentaron considerablemente sus ganancias, casi en la misma proporción que vos perdiste salario. Por ejemplo Dujovne, el ministro de economía ganó con las corridas $43.808.000. Y Sandleris, el que entrega los dólares, se llevó $2 millones.
Acá te mostramos algunos de los nombres de los especuladores, porque los conocemos al ocupar cargos en el gobierno. Pero son los grandes bancos y los llamados “fondos de inversión” (sociedades anónimas, no se conocen sus dueños), los que mueven sus bonos, acciones y carteras de dinero de manera coordinada para hundir países y saquearlos, por más pleitesía que le rindan sus gobernantes.
Esta corrida se dio en simultáneo con un aumento del “riesgo país”. ¿Qué es el riesgo país? para decirlo en criollo, es una “evaluación” (basada en la pura especulación sobre la capacidad de pago de un país) que hace el JP Morgan para determinar qué porcentaje de intereses le tiene que pagar un país al JP Morgan y sus amigos especuladores.
Los otros actores de esta película de terror
Para que todo este saqueo sea posible se necesitan, además de los “buitres” que ya mencionamos, al menos otros dos actores:
El primero es el capital financiero especulativo y sus negociados. Como explicamos más arriba, su razón de ser es la plata fácil, y para ello compran, venden y traman. Y no dudan en saquear un país completo si es necesario.
Y en este caso la culpa no es sólo del chancho, sino también del que le da de comer. Y eso fue lo que hizo el macrismo durante toda su gestión, dejar hacer y deshacer a los especuladores a su antojo: fugar capitales, hacer golpes de mercado, y darle todos los dólares que necesiten para ello. Pero aún así los especuladores siguieron inconformes y le respondieron con un golpe que dejó tambaleando tanto al gobierno de Macri como al "experimento argentino" del FMI que brindó un montón de dólares y permitió que fueran al mercado cambiario y luego fugados. Pretende que los paguemos los trabajadores.
Pero sabemos que en todo saqueo, los saqueados se enojan. Y ahí aparece el tercer actor, para permitir que el saqueo se haga “en paz”: el peronismo, que hoy se nuclea fundamentalmente en el Frente de Todos. Desde la CGT hicieron del “dejar hacer, dejar pasar” su propio lema. Desde el congreso y las gobernaciones proveyeron de los votos necesarios. Y desde los movimientos sociales contuvieron. De hecho en este mismo momento cuando planteamos las propuestas de la izquierda de paro y movilización para enfrentar el saqueo de “los mercados”, nos responden que “movilizar es hacerle el juego a la derecha que quiera caos” y que “tenemos que esperar hasta diciembre”. Por más que su estrategia de esperar demostró que lo único que generó es que la derecha se envalentone y siga atacando, ellos siguen proponiendo esperar. Siempre esperar.
¿Gobernar para “los mercados” o para el pueblo trabajador?
Esa es la disyuntiva de hoy. Ya demostramos que para que ellos ganen, vos perdés. Y que para que nosotros ganemos, ellos tienen que perder. Son ellos o nosotros. Macri ya demostró que su programa y su política es que los mercados hagan lo que se les antoje. Por su parte Fernández no se cansa de repetir que el dólar está “artificialmente bajo”, y que habría que sincerarlo. Sí, otro que habla de “sincerar los precios”. Y todos sus candidatos y economistas salen a decirle al FMI y a todos los “inversionistas” que se queden tranquilos, que ellos van a pagar. Mientras tanto sus dirigentes militan el #NoALosCacerolazos para que a nadie se le ocurra combatir a los mercados en las calles.
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Por su parte la izquierda propone medidas urgentes para frenar los costos de esta crisis, arrancando por retrotraer las tarifas a 2016 y la exigencia de un paro nacional que junto con una gran movilización popular le plante oposición al ajuste, en el único lenguaje que entienden: el de las calles.
Pero si queremos dejar de ser colonia del FMI y “los mercados”, no hay otra opción que romper con el FMI (tanto dejar de pagarle como abandonar sus medidas económicas de ajuste y recesión), no pagar la deuda externa fraudulenta, ilegal e ilegítima. Nacionalizar la banca y todas las empresas de servicios - que con los tarifazos se volvieron impagables - para evitar la fuga de los capitales y que la riqueza que se produce en el país pueda ser puesta al servicio de las necesidades del pueblo trabajador. |