Otro día de furia en la city, dólar más caro y tasas voladoras. La divisa volvió a escalar y cerró a $ 61,18, según el promedio del Banco Central. El billete verde ya subió casi $ 16, un 34 %, desde el viernes pasado. La tasa de Leliq promedio subió a 74,929 %.
En el mercado mayorista del MULC, el billete subió a $ 60,40. El Central vendió reservas por U$S 248 millones. Además, se inyectaron U$S 60 millones más por cuenta y orden de Hacienda.
Los llamados “mercados”, el capital financiero, siguen molestos por la derrota electoral del oficialismo que expresó el malestar por debajo de las mayorías al ajuste de Cambiemos. Banqueros, grandes empresarios, fondos de inversión pretenden dejar en claro que el próximo gobierno seguirá protegiendo sus intereses. Si bien Macri, era su elegido, Alberto Fernández ya se encargó de aclarar que la deuda se pagará, que la reforma laboral avanzará por convenios como el acuerdo flexibilizador de Vaca Muerta, la reforma previsional no la descartó, sostuvo que analizarán la situación. Es decir, el Frente de Todos dejó en claro que no tirarán a la basura el pliego de demandas de las patronales.
Alberto Fernández conversó por teléfono con Macri y ofreció una conferencia de prensa en la que afirmó que al igual que el presidente quiere llevar tranquilidad, que el esfuerzo "lo tenemos que hacer todos los argentinos" y justificó la devaluación al declarar “yo dije que el dólar estaba atrasado”.
La devaluación avanza y el presidente anunció este miércoles una serie de medidas para evitar un estallido social y paliar el saqueo al bolsillo de los trabajadores y los sectores populares, también pidió disculpas por culpar a la población por “votar mal”. Son sólo migajas cuando las empresas ya remarcaron sus productos entre un 10 % y un 15 %.
Cambiemos pretendía celebrar que la inflación se desaceleraría en los próximos meses, pero hay consultoras que ya adelantan que el 2 % que se esperaba en agosto puede saltar a 7 % como ocurrió el año pasado. La inflación para este año puede superar el 50 %.
La corrida cambiaria implica un nuevo freno a la actividad económica porque no hay entregas de mercaderías, cae el consumo y se encarecen los costos. Se derrumba así cualquier expectativa de que la recesión tocó fondo.
El nivel de actividad a fin de año será menor al recibido en 2015. La industria previo al salto del dólar cayó casi 7 % en junio y acumuló 14 meses de bajas consecutivas, y el uso de la capacidad instalada de la industria volvió a caer en junio, al 59,1 %, mientras en el caso de las automotrices descendió al 34 %, según informó el Indec este martes.
Las patronales descargan la crisis sobre los trabajadores. Iveco suspendió a todos los trabajadores, Ran Bat, la fábrica de baterías, cerró dejando a sus trabajadores en la calle, la fábrica de alfajores Balcarce ya aplica el preventivo de crisis, reduce la jornada laboral y suspenderá a los empleados temporarios, la lista seguirá en los próximos meses. Mientras tanto la CGT, bien gracias.
Parches y ganan los de siempre
Las medidas que anunció el Gobierno como la suba del mínimo no imponible en Ganancias, el bono a los estatales y a las fuerzas de seguridad, que los aportes de los empleados en relación de dependencia los reciba en mano cada trabajador no compensan el saqueo al salario.
Los pocos beneficios del Gobierno excluyeron a los sectores más vulnerables como a los jubilados, y a los trabajadores informales.
En tanto, el reintegro de aportes por sólo dos meses para los trabajadores registrados por $ 2.000, significan sólo un 7 % de un salario de $ 30.000, cuando los precios ya se remarcaron un 15 %. Para los trabajadores públicos, el bono de $ 5.000 representa menos del 3 % de lo perdido desde 2015.
Las propuestas lejos están de tocar los intereses de los empresarios. La única propuesta que implicaba un “aporte” de las compañías fue que congelarían el precio de los combustibles por 90 días. El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich confirmó la medida luego de que el Gobierno decidió postergar la publicación de la resolución que se preparaba para dar sustento legal al anuncio del presidente, a la espera de acordar con las compañías la forma de implementación. Seguramente seguirá la rosca con las petroleras.
La recaudación lleva meses en caída en términos reales por la recesión y los beneficios impositivos que Macri le regaló a las patronales como con la reforma tributaria.
La meta de déficit cero acordada con el FMI se cumpliría con recortes del gasto porque salvo el leve impuesto a las exportaciones (retenciones) no se buscó ampliar la recaudación gravando a los más ricos. El interrogante es ¿la menor recaudación que tendrá el Estado por las medidas anunciadas este miércoles se compensará con recortes en partidas como educación o salud?, ¿o el Fondo avaló que no cumplan la meta como un nuevo apoyo al macrismo para que aguante hasta octubre?.
Este martes el rumor fue que aumentarían las retenciones a las exportaciones al campo para tener más ingresos, pero el miércoles estuvo ausente en las medidas que anunció Macri. Las patronales agrarias se adelantaron, aprovechando el dólar alto y el posible aumento del impuesto y anotaron en pocos días lo que venían guardando de la cosecha.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el lunes hubo un aumento de 1.800 % con respecto al viernes en las toneladas registradas para su exportación de habas de soja, pellets y aceite de soja. Entre el lunes y el miércoles se anotó el 65 % del total declarado en agosto.
En tanto, si sólo se consideran los cereales de Trigo, Maíz, Sorgo, Cebada y Aceite de Girasol se registró este miércoles un aumento de 1.651 % en toneladas con respecto al viernes pasado. En sólo tres días, justo coincidió con el salto del dólar, se anotó el 73 % de todo lo registrado en lo que va del mes. Un negocio redondo gracias a la devaluación: por cada U$S 100 dólares exportado el viernes pasado obtenían $ 4.655, y este martes $ 6.218.
Entre las empresas que registraron lo que exportarán se encuentran: Bunge Argentina S.A., Cargill S.A., Los Grobo, Molinos Cañuelas, Vicentin, Aceite General Deheza. Muchas de estas compañías inciden en los precios de los productos básicos que se venden en el mercado interno y que ahora se pagan más caros como el pan o el aceite.
Pulgar para abajo del capital financiero
Los diarios internacionales que expresan la voz del capital financiero y hace unos años elogiaban a Macri, ahora lo fulminaron en sus artículos. Los inversores extranjeros también le soltaron la mano al presidente.
El Financial Times sobre las anuncios oficiales publicó que “las medidas harán poco para resolver una inminente crisis de gobernabilidad si el caos económico empeora".
Hans Humes, socio fundador y CEO de Greylock Capitals, afirmó al diario Clarín que “Macri claramente está tratando de usar las herramientas que tiene a su disposición para limitar el grado de pánico social asociado con la fuerte devaluación del peso. Sin embargo, en cierta medida sus manos están atadas, tanto por el objetivo de equilibrio primario acordado como parte del programa del FMI, como por el hecho de que la mayoría de estas medidas crean un ciclo de retroalimentación negativa relacionado con las variables económicas claves del país, ya sea en términos de inflación, mayor depreciación del peso y / o agotamiento de las reservas de divisas”.
El establishment y sus voceros piden una transición ordenada hasta el cambio de Gobierno con Fernández, el Gobierno es un pato rengo que tratará de llegar a octubre y reducir la brecha que lo distancia de su opositor. Una misión casi imposible.
¿Los “mercados” dejarán que llegue a ese plazo, y luego hasta diciembre o se lo llevarán puesto antes? No se puede descartar una situación de descontrol.
En este contexto caótico el escenario internacional también aportará nuevos coletazos a la economía local por los choques entre Estados Unidos y China que seguirán, y las dudas sobre el Brexit. Este miércoles cayó Wall Street en un clima de incertidumbre sobre la economía mundial y en medio de señales de una recesión. Mal escenario para Argentina.
Son los trabajadores y los sectores populares los que están pagando la crisis y el chantaje de los “mercados”. Por eso son necesarias medidas urgentes: que el salario aumente con la inflación, anular los tarifazos, y garantizar los puestos de trabajo. Un programa que enfrente los planes del FMI y el capital financiero. No más plata para la deuda y ante la fuga de capitales nacionalizar la banca, entre otras medidas.
|