Hace 4 años me diagnosticaron VIH, hace 3 empecé mi primer tratamiento cuando llegué a Córdoba en el hospital Rawson, uno de los principales de la ciudad. Mi infectóloga me ayudó a iniciar el tratamiento cuanto antes. Recuerdo que desde ese día me dijo que me daba su teléfono, porque era muy difícil conseguir turnos, y que podía hablarle cuando y donde la necesitara. Así fue, lleva estos 3 largos años atendiéndome con sobre turnos, en los 5 turnos que conseguí o en los pasillos de las guardias. Tres años poniendo el hombro como mucha mas gente en ese hospital. Pero ojo que ese esfuerzo extra ningún gobierno se los reconoce.
El recorte a la salud no solo nos deja a algunas personas sin tratamiento o nos obliga a ir una vez cada 5 o 10 días a buscar pastillas, sino que obligan al personal de los hospitales a poner la cara por una política decidida en la mesa chica.
De faltantes y otras hierbas
Me empecé a familiarizar con el VIH y su situación hace casi 10 años a través del diagnóstico de algunos amigos o de gente que conocía. Los faltantes estuvieron siempre, sin importar el gobierno de turno, porque la salud nunca fue prioridad de ningún gobierno.
EL 30 de abril de 2015, por ejemplo, la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP) sacó un comunicado que denunciaba faltantes de antirretrovirales en las provincias de Catamarca, Santiago del Estero, Misiones, Córdoba, Entre Ríos, San Juan, Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “En los sistemas de salud -tanto públicos como privados, de manera indistinta y aleatoria- nos comunican que no hay stock de medicación en sus farmacias o en su variable habitual escuchamos: te sustituimos la medicación por el mismo esquema, pero con más comprimidos”. Es decir, dejaban atrás los avances científicos en sintetizar las drogas hasta en 3 comprimidos o menos (dependiendo del esquema), dándole a los pacientes mayor cantidad de pastillas.
En ese momento había 60.000 pacientes medicados correspondiendo al sistema público el 69 %.
Este año la Dirección Nacional de SIDA informó el faltante del stock de 3 antirretrovirales, a los que se sumaron en 5 meses unos 15 más. Dejando a fin de año a 15 mil pacientes sin tratamiento. Esto es producto del recorte presupuestario de más de $ 1.700 millones este año en la Dirección Nacional de SIDA. Los 3 medicamentos que están faltando son: tenofovir/emtricitabina/efavirenz, efavirenz, darunavir/ritonavir.
Esto condiciona la continuidad del tratamiento, que es un pilar fundamental en nuestra salud, pero además nos agrega un constante estrés en pensar si el próximo sin medicación sos vos.
Hoy 86.338 personas con VIH se ven afectadas con estos faltantes al tener una o mas de estas drogas en su esquema de tratamiento.
En Córdoba en particular el recorte también afecta a los planes alimenticios, que no son solamente para la población seropositiva sino para pacientes oncológicos, celíacos y diabéticos. A nivel nacional, la nueva traba del Certificado Médico Oficial Digital (CMOD) implica un recorte indirecto en las pensiones no contributivas para las personas que convivimos con VIH. Ni hablar de qué es muy difícil poder tramitar la pensión para quienes no la tenemos.
¿En qué consiste el tratamiento?
Mucha gente dice: hoy vivir con VIH es como vivir con una enfermedad crónica, solamente tomar 1 o 2 pastillas por día, análisis cada tres meses, y una vez al mes a buscar las pastillas.
Pero no, poder tener buena salud cuando vivís con VIH implica acceso a muchas cosas que la mayoría de la población no tenemos; a poder descansar 8 horas, hacer actividad física, tener tiempo de recreación y esparcimiento, etc.
Nuestra salud no es un negocio
Desde el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad hemos puesto nuestras bancas al servicio de estas luchas siempre. En Córdoba en particular, desde la banca de Laura Vilches se ha exigido respuesta ante el desfinanciamiento en situaciones anteriores o exponer la necesidad de debatir la modificación de la ley de VIH, pero principalmente en llamar a movilizar, ya que opinamos que es la única manera de poder conquistar nuestras demandas y frenar el ajuste en curso dictado por el FMI y aplicado por el macrismo con el aval de los demás partidos patronales.
Los medicamentos y vacunas son necesarios para poder mejorar la calidad de vida de los pacientes. La industria farmacéutica hace de esa necesidad un comercio donde en ningún lugar de la ecuación se encuentra nuestro bienestar, sino la especulación de cómo sacar más ganancias millonarias.
El Estado tiene que garantizar esa accesibilidad a toda la población que lo necesite, desde el PTS en el FIT-Unidad opinamos que se debería organizar la producción de los mismos de manera estatal bajo gestión de los trabajadores, especialistas de las universidades públicas y usuarios. Poniendo así un freno a los negocios millonarios las empresas nacionales o extranjeras. Proponemos como salida a cualquier faltante en salud pública, la nacionalización sin pago de los laboratorio que se quieren enriquecer a costa de la salud de las grandes mayorías. Pero también exigimos un presupuesto acorde para que al mismo tiempo el Estado siga investigando para encontrar la cura definitiva. |