La derecha busca desarrollar una contraofensiva
"El proyecto del Partido Comunista es malo y es populista. Es populista, porque es irresponsable, viola la Constitución y es malo, porque no solamente destruye empleos, sino que también provoca la rebaja del sueldo de los trabajadores de nuestro país". Estas son las declaraciones con las que Cecilia Pérez, vocera de Gobierno, comenzaba con los dardos de la derecha hacia el proyecto del PC, sobre todo después del alza de 11 puntos en la aprobación de Camila Vallejo; pasando del 31% al 42% según los últimos datos arrojados por la encuesta CADEM.
En este marco, buscan desarrollar además una política del terror, afirmando que de no esperar hasta el 2027 para recién comenzar a reducir la jornada laboral, habrían cientos de despidos por todo el país, argumentando que su proyecto: "Además de proteger los empleos, a través de la flexibilidad y proteger a las pequeñas y medianas empresas, a través de la gradualidad, creemos que el proyecto que está apuntando a ser un país desarrollado debe, para el beneficio de sus trabajadores, acotar la jornada laboral con flexibilidad y gradualidad".
Es por esta razón que, como parte de un entramado político de la derecha, han tomado la iniciativa por realizar una serie de reuniones internas de los congresistas de ChileVamos, para evitar reiteraciones en la adherencia al proyecto levantado por el PC, como pasó con Manuel José Ossandón.
Como parte de esta línea, podemos encontrar las recientes declaraciones de Piñera, en donde afirma que la población tiene que esperarhasta el 2027 para recién comenzar a ver reducciones en su jornada de trabajo: "la gradualidad en la aplicación de esta medida es fundamental para que las empresas se adecuen progresivamente a las nuevas jornadas (…) Por ejemplo, si usted tuviera que correr la maratón hoy mismo, sin ninguna adaptación ni entrenamiento, no sólo no llegaría a la meta sino que dañaría severamente su salud".
Así la desfachatez del Gobierno hacia el conjunto de trabajadores y trabajadoras no termina allí, sino que además de decirles que esperen hasta el 2027 para recién comenzar divisar alguna reducción, afirma que su propuesta crearía más de 300 mil empleos. Sin embargo, por supuesto, habría que esperar más de 8 años para recién comenzar a ver esos empleos –que por lo demás en su mayoría podría tratarse de trabajos precarios, en subcontrato, etc-. Afirmando que las y los trabajadores no están preparados para trabajar ni 41 ni 40 horas semanales ¿Por qué? Justamente porque reducir la jornada laboral implica tocar donde les duele a los empresarios: en la fuente de su riqueza.
Hay que reducir la jornada laboral que no dejar la vida en el trabajo
Según diversos estudios alusivos a las horas trabajadas por los países de la OCDE, Chile se encuentra entre los primeros países en los que más se trabaja anualmente a nivel mundial, superando las 1900 horas promedio por año. Y aun así el Gobierno afirma que hay que correr más maratón o que se deben esperar 8 años, escudándose en el fantasma de la recesión económica a nivel mundial, para justamente proteger el bolsillo de los empresarios.
Es en este sentido que Nicolás Bustamante, dirigente ferroviario y del Partido de Trabajadores Revolucionarios, afirmó que: “acordamos con que hay que reducir la jornada laboral, y tenemos un punto en común con Gael Yeomans (Convergencia Social) y Camila Vallejo (PC) cuando se trata de que esto podría mejorar la calidad de nuestras vidas, y de que las y los trabajadoras puedan pasar más tiempo con su familia.”
Sin embargo, Bustamante puntualiza también que tienen grandes diferencias: “Porque sabemos que es imposible que los trabajadores podamos conquistar una mejor calidad de vida y de trabajo, mientras las ganancias que generamos miles de trabajadores y trabajadoras sigan estando al servicio de engordar el bolsillo de los grandes empresarios, y no poniéndolos al servicio de las necesidades de la población y del pueblo trabajador.” Criticando así la propuesta de Yeomans de establecer un marco regulador de la flexibilización laboral, cuando en verdad se trata por acabar con esta situación que sólo trae mayor precariedad.
Pero, ¿cómo conquistar entonces una demanda tan prioritaria como la reducción laboral, pero a la vez tan blindada por la derecha y los empresarios, al tratarse del tesoro de una de las mayores fuentes de sus riquezas? Lejos de llamar a Piñera y los empresarios a “ponerse la mano en el corazón” como lo ha afirmado Camila Vallejo, el desafío pasa justamente por la articulación de la clase trabajadora, así como también de estudiantes, población migrante que también sufre día a día la precarización del trabajo, mujeres, entre otros.
Es por esto que Nicolás Bustamante afirma que: “Ante el llamado a protesta nacional de la CUT, dirigida por el Partido Comunista contra la flexibilidad para el próximo miércoles 21 de agosto, no puede ser una protesta testimonial, sino que debe ser un punto de apoyo para que las y los trabajadores, a través de asambleas de base, podamos discutir un plan de lucha, en perspectiva de un paro productivo, cómo combatir la flexibilidad y las reformas del gobierno de Piñera. Esto bajo la unidad de los trabajadores, las mujeres y la juventud como lo ejemplificó el paro docente aquí en Antofagasta.”
El debate está planteado. La maratón que lleva corriendo el pueblo trabajador hace décadas no da para más. Si el gobierno de Piñera quiere más maratón que la corran ellos. De lo que se trata es de que todos trabajen, que se trabaje menos, que todos ganen sobre la canasta familiar, priorizando los intereses de las mayorías por sobre los privilegios de un puñado de familias ricas, como podría hacerse con una jornada laboral de seis horas, cinco días a la semana, con una escala móvil de salarios acorde a la canasta básica familiar, que no sean inferiores a los $450 mil. Para lo que se hace imprescindible la articulación de un gran movimiento encabezado por el conjunto de las y los trabajadores en las calles, contra el blindaje que ha puesto el Gobierno al bolsillo de los empresarios. |
