Este martes, poco antes del mediodía, realizaron una conferencia de prensa en el Obelisco. Allí anunciaron la jornada de lucha y exigieron a las centrales sindicales que rompan con la tregua y llamen a un paro nacional de 36 horas.
Pasado el mediodía, el sindicalismo combativo anunció que se movilizará contra el ajuste que están sufriendo las mayorías populares.
Según se informó en conferencia de prensa, la marcha central comenzará en el Obelisco a las 15 horas de este jueves y pasará por la secretaría de Trabajo de Alem, para luego marchar hacia Plaza de Mayo.
Durante la conferencia Alejandro Crespo, secretario general del Sutna, denunció que “el golpe que se ha dado a los trabajadores con la última devaluación, sumado a la pérdida de poder adquisitivo que se venía acumulando, ha tocado fuertemente la economía de los que viven de su trabajo”.
También hicieron uso de la palabra Ileana Celotto (secretaria general de AGD-UBA), Claudio Dellecarbonara (trabajador del subte y Miembro del Sec. Ejecutivo de AGTSyP), un representante de los trabajadores ferroviarios del Sarmiento, Eduardo Belliboni (Polo Obrero), Guillermo Pacagnini (secretario general de la Cicop) y Mónica Sulle (MST Teresa Vive), entre otros.
También fueron parte de la conferencia Camilo Mones dirigente del Movimiento de Agrupaciones Clasistas (ex trabajador de Pepsico), Juan Martín Manghi (Suteba Escobar), Martín Brat, delegado de trabajadores aeronáuticos tercerizados y referente del MAC, Daniel Luna (Inti), Miguel Bravetti (Interpack), Amanda Martín (secretaria adjunta de Ademys), entre otros.
Dellecarbonara denunció que "el dólar a 60 pesos significa caer por debajo de la línea de pobreza".
El dirigente del PTS criticó así el discurso que sostiene el candidato presidencial del Frente de Todos. Como se recordará, a mediados de la semana pasada Alberto Fernández había declarado que un dólar a $ 60 le parecía “razonable”.
La jornada del jueves tendrá lugar en todo el país. Entre los reclamos se exigirá un aumento de emergencia de salarios y jubilaciones indexado a la inflación, para que no sigan siendo los trabajadores los que paguen la crisis; ocupación de toda fábrica que cierre o despida, trabajo genuino, reparto de las horas de trabajo, sin afectar el salario, apertura de todos los programas sociales y duplicación de sus montos.
Además, se exigió a la CGT y a las CTA un paro activo de 36 horas como comienzo de un plan de lucha nacional para derrotar la política de ajuste en curso.
El programa de la movilización incluye la pelea por la nacionalización de la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de capitales, así como el no al pago de la deuda fraudulenta.