Con el verano dando los últimos coletazos, PSOE y Unidas Podemos se han puesto manos a la obra y han reiniciado negociaciones para el tercer intento de investidura de Pedro Sánchez.
El resultado es otro cantar, pues actualmente las negociaciones se mantienen en el mismo punto muerto que en julio impidieron la investidura del líder socialista.
Este martes se conocía la última propuesta de la formación morada (UP), una propuesta de gobierno de coalición recogida en un documento de 119 hojas. Un escrito que vuelve a señalar la misma dirección que el mes pasado; un gobierno de coalición en el cual Unidas Podemos contaría con una vicepresidencia y varios ministerios.
Las mayores novedades del documento presentado por UP se centran en la figura de la vicepresidencia y en sus competencias y el número de ministerios exigidos para el pacto.
En cuanto al papel de la vicepresidencia, ya en julio en aquellas negociaciones contrarreloj, desde la formación de Iglesias se intentó negociar una vicepresidencia que comprendiera competencias sobre los ministerios de Derechos Sociales y Medioambiente.
Desde Ferraz, cede del PSOE, esta fórmula fue rechazada y se ofreció a Irene Montero, persona que ocuparía el cargo una vez vetado Pablo Iglesias, encargarse de la vicepresidencia de Asuntos Sociales, algo que desde UP se definió como un cargo “vacío de competencias”.
La actual propuesta, que ya ha sido rechazada por el PSOE, el nuevo cargo se denominaría Vicepresidencia de Derechos Sociales e Igualdad y contaría con competencias en materia de Igualdad, Transición Ecológica, Memoria Histórica o políticas de Empleo, entre otras. Una vicepresidencia de competencias “transversales”, como recoge el propio documento de UP.
En términos de sillones para el Consejo de Ministros, la formación morada pasa de los cinco ministerios que solicitaba en julio, a tres.
Esta formula, vicepresidencia de Derechos Sociales e Igualdad más tres ministerios, se repite en las cuatro "fórmulas" de gobierno de contiene el documento. Estas difieren simplemente en qué ministerios ocuparían cargos de UP, siendo el cargo de la vicepresidencia de Derechos Sociales e Igualdad algo innegociable para la formación de Iglesias.
El PSOE no tardó ni dos horas en rechazar esta propuesta, así que las negociaciones se reinician desde el mismo punto muerto que impidió el arranque de la legislatura en julio, con la diferencia en que a día de hoy tan solo quedan 33 días en el calendario para alcanzar el acuerdo y evitar la cuarta cita electoral en cuatro años, signo inequívoco de la crisis de partidos que sufre el Régimen del 78 desde 2015.
Desde Ferraz han señalado tres aspectos como fundamentales para mantener su posición; en primer lugar señalan que no comparten una visión de Gobierno donde se pueda dar un doble poder o confrontación abierta, el segundo punto hace referencia a la confianza mermada entre ambas formaciones, especialmente tras el rechazo de UP en la segunda votación de investidura y en último lugar señalan las divergencias en cuestiones de Estado, especialmente en el “conflicto de convivencia” en Catalunya, como lo define el PSOE.
Este último punto sigue presente en las acusaciones de Sánchez y los suyos, y eso a pesar de las ilimitadas muestras desde UP de alinearse sin contemplaciones con el sector constitucionalista que llevó adelante la intervención en Catalunya.
Desde UP, Pablo Iglesias ha aprovechado su cuenta de Twitter para festejar el pacto en La Rioja, alcanzado este martes, esperando que esa coalición (lograda después de una rebaja notable de las pretensiones de UP) y las otras que replican a lo largo del Estado, pueda reproducirse también en Moncloa.
Una coyuntura complicada
Las negociaciones aún no alzan la vista a problemas mayores que sin duda van a condicionar la futura legislatura. El marco internacional, con las tensiones económicas entre EEUU y China, la desaceleración de Alemania y la previsión del mismo retroceso económico de Italia para el próximo trimestre (sumado a la crisis política) y sin olvidar el golpe de un posible Brexit duro en Octubre dirigido por el primer ministro británico Boris Johnson, auguran tiempos de alta inestabilidad que los mercados ya recogen. Una coyuntura altamente inestable que impactaría en un Estado con una deuda que vuelve a superar el 98% del PIB.
En política interna, qué duda cabe que la sentencia del juicio farsa a los presos políticos catalanes, prevista para septiembre u octubre, va a ser el punto álgido de la confrontación entre el Estado español y Catalunya este otoño. Un panorama, por ahora obviado por ambas formaciones, pero que cualquier análisis serio de las propuestas programáticas no puede obviar.
El Estado español no escapa al periodo de convulsión actual y en su particular puzzle aún puede pasar de todo, desde un gobierno de coalición a una nueva cita electoral. Probablemente las encuestas y la supervivencia partidista dictarán el resultado.
Como escribíamos hace pocas semanas en Izquierda Diario, de haber un pacto de investidura, más allá de la forma que tome, la clase trabajadora, el movimiento de mujeres y la juventud deberían recordar que “cada vez que gobernó el PSOE, se aplicaron recortes y leyes duras contra los trabajadores como reformas laborales, privatizaciones o recorte de pensiones”. Y para esa perspectiva debería prepararse la izquierda, en vez de convertirse en un apéndice del PSOE en el gobierno.
Frente a una izquierda que se resigna ante el mal menor y se subordina a los neoliberales del PSOE, hace falta construir una izquierda revolucionaria de los trabajadores y trabajadoras, que se proponga una perspectiva independiente de todos los capitalistas. |