“Acount Name: Slep Sergio Javier… Please accept this letter as your instruction to transfer from my account U$S 30.000,00 (Thirty thousand) to:…Para ser acreditado a /Banco Receptor Final: Scotianbank & Trsut (Cayman) Ltd. / Grand Cayman, Cayman Islands”
(Nombre de la Cuenta: Slep Sergio Javier…Por favor reciba esta nota como instrucción para transferir desde mi cuenta U$S 30.000, 00 -treinta mil -)
Así comienzan los textos de diferentes notas halladas en la fábrica ex – Donnelley (hoy cooperativa MadyGraf gestionada por sus trabajadores) y que detallan transferencias por más de ciento veinte mil dólares a cuentas en las Islas Caimán y Bermudas que efectuó el ex gerente de la planta Sergio Slep sólo en el mes de octubre de 2013. Slep actualmente ocupa el mismo cargo gerencia pero en el otro gigante mundial de la impresión (Quad Graphics) que gestiona las fábricas WorldColor y Morvillo en la Argentina, y que hace dos semanas también presentó su propio pedido de concurso preventivo judicial.
Desde antes de la quiebra los trabajadores de Donnelley y su comisión interna venían denunciando el vaciamiento de la planta, y la conducta fraudulenta de su gerencia. La documentación que los trabajadores acompañarán a la justicia a los fines que se investigue penalmente en el expediente de la quiebra fraudulenta, podría demostrar el desvío de parte de fondos de la empresa hacia paraísos fiscales como Bermudas o Isla Caimán, que las grandes empresas y empresarios generalmente utilizan para el lavado del dinero.
Entre la documentación encontrada por los trabajadores se muestra un complejo e intrincado juego de transferencias de cuentas a nombre de como Sergio Slep en Raymond James (una empresa dedicada a ofrecer servicios financieros y de inversión), un domicilio “postal” en la zona franca de Montevideo Uruguay, el JP Morgan Chase Bank de Nueva York y empresas inversionistas en la islas Caiman y Bermudas.
Mientras en Octubre de 2013 Sergio Slep transfería más de ciento veinte mil dólares a la Isla Caimán, el Ministerio de Trabajo le otorgaba el REPRO (Programa de Recuperación productiva) a RR Donnelley Argentina S.A., e incluso el gerente se encontraba incluido en la lista para cobrar el subsidio del Estado. La miseria de Slep y otros gerentes que cobraban de sueldo bruto ochenta y cuatro mil pesos por mes, no conoce límite alguno. El Ministerio de Trabajo no sólo no controló nada pagándole a Slep el subsidio, sino que además otorgó el REPRO sin el consentimiento de los trabajadores y el Sindicato, de forma ilegal.
El ex gerente de Donnelley y actual de WorldColor fue uno de los ideólogos de la desinversión y vaciamiento en la planta de la multinacional en Garín, mismo plan que está llevando ahora con la planta de WorldColor en la localidad de Pilar. Durante el año 2013, los trabajadores denunciaron, que Donnelley desvío gran parte de su producción a otros talleres para acusar una falsa crisis. Esta falsa crisis es la que utilizó luego para pedir su propia quiebra en agosto del 2014, momento en que el directorio de la empresa , en su totalidad, se fugó del país.
Existen además constancias descubiertas que demuestran la relación de Slep con el actual apoderado de los ex jefes y administrativos de la empresa que son quienes presionan por la venta y el desguace de la planta, para que la cooperativa no pueda seguir funcionando. Un plan bien aceitado por parte de la patronal. Quad Graphics tiene un claro interés en que los trabajadores de Madygraf no continúen adelante con su gestión obrera.
Slep renunció a su puesto de gerente general de los buitres norteamericanos en diciembre de 2013, y estos lo recompensaron con una jugosa indemnización de tres millones de pesos. Cifra que representa el 12% total de la pérdida que “acusó” la empresa en el balance del año 2013. Misma cifra que ingresó unos días antes a la empresa como “aportes por capitalización” de su principal accionistas: la casa matriz en Estados Unidos. Mientras los buitres afirmaban que “invertían” enviando tres millones a su subsidiaria en la Argentina, esa plata iba directamente a su gerente general y pudo haber tenido también su destino en la Isla Caiman.
Los buitres contra la izquierda y los luchadores
Varios son los trabajadores que cuentan que días antes de la quiebra se vio el movimiento inquieto de algunos gerentes quemando papeles detrás de la planta. Claro que no toda la documentación pudo ser incinerada y alguna de ella pudo ser rescatada por los trabajadores.
En una, escrita en inglés y preparada para la visita a la planta de gerentes norteamericanos de la casa matriz en el año 2013, describe a los delegados de los trabajadores de la siguiente manera: “En la actualidad contamos con ocho delegados gremiales en planta, quienes se identifican ideológicamente con el Partido de los Trabajadores Socialistas, desde donde pretenden disputar la conducción del Sindicato. El PTS es un partido de izquierda trotskista que cuenta con una fuerte presencia en las empresas de la zona norte de la Provincia de Buenos Aires y se caracteriza por ser un movimiento organizado, muy combativo, proclive al conflicto y con exposición pública generada a partir de cortes de rutas, boicots, bloqueos y sabotajes en las empresas donde están presentes”.
Son varios los recortes de volantes, publicaciones de la Agrupación Bordó, que se encontraban en las oficinas gerenciales, incluso la existencia de actas de constatación efectuadas por escribanos sobre publicaciones que realizaban los trabajadores en su facebook denunciando el vaciamiento. Muestra de la constante persecución, vigilancia y seguimiento que efectuaba la empresa contra los delegados y trabajadores. El último acta efectuada antes de la quiebra es una larga descripción con fotos incluidas de una manifestación de la Comisión de Mujeres de los trabajadores de Donnelley junto con sus pequeños hijos, en la puerta de la casa del gerente Claudio Vergara, reemplazante de Slep. Días después la empresa presentaría su propia Quiebra, el juez Santicchia en menos de seis horas la declararía dejando a más de 400 familias en la calle.
El plan con el que la empresa había amenazado meses antes de la quiebra a los trabajadores, fue el de presentar un Procedimiento Preventivo de Crisis para despedir a 123 trabajadores (de los que nunca quiso dar los nombres), y empeorar las condiciones de trabajo. La comisión interna junto con la Agrupación Bordó desplegaron una larga campaña por todo el gremio buscando la solidaridad de otros trabajadores gráficos, y además rechazaron el procedimiento denunciando el vaciamiento de la planta.
Los trabajadores pudieron encontrar importante documentación en la que se detalla el plan de la empresa: por un lado, según se afirma en la documentación, se habría acordado con el sindicato no dar los nombres de las personas que pretendía despedir la empresa. ¿El motivo? Del listado de 123 trabajadores a despedir se encontraba toda la comisión interna incluidos los ex delegados que aún contaban con fueros gremiales. Una ilegalidad total y según la empresa, el sindicato tenía conocimiento. Incluso, afirman en el mismo plan que titulan “acciones a realizar en Junio/Julio”: “Es fundamental poder acordar con el Sindicato negociar con los trabajadores fuera de la planta. A conversar con el sindicato” para luego sostener “Durante ese plazo se negociarán las reincorporaciones de unas 40 personas”, un chantaje e ilegalidad más de estos buitres.
Los trabajadores por la expropiación y en apoyo a la lucha de WorldColor
Los trabajadores de MadyGraf continúan con la campaña por la expropiación de Donnelley a favor de la cooperativa. No hay otra salida que la expropiación para estos buitres norteamericanos que vaciaron la planta, cuyos gerentes tienen cuentas en la Isla Caimán, Bermudas y pretendían, además, despedir a toda la comisión interna gremial.
Los más de 100 gráficos que se movilizaron el día del paro del 31M, la enorme solidaridad recibida por personalidades de derechos humanos, políticas, sindicales y otros trabajadores, las recorridas en discusión con los senadores en La Plata para que se voté la Ley de Expropiación, los miles de afiches pegados en diferentes zonas, son parte de la campaña que se está extendiendo en todo el país.
Y como ha sido tradición histórica de los trabajadores, el apoyo y solidaridad que desde Madygraf se lleva a los trabajadores de WorldColor que viven hoy en día el vaciamiento de su planta por parte de otros buitres norteamericanos dirigidos por Slep, es parte de una lucha común que hermana a las dos plantas con lazos de clase. |