El inicio del juicio en Tucumán contra César Milani, ex jefe del Ejército durante el gobierno de Cristina Kirchner, sufrió una nueva postergación. La audiencia inaugural prevista para el 12 de septiembre finalmente será el 10 de octubre, por lo que se descarta una sentencia previa a las elecciones generales de octubre. El motivo de esta nueva postergación es una cirugía intestinal de uno de los miembros del tribunal, el juez de Catamarca Enrique Lilljedahl. El tribunal —integrado por Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Lilljedhal— también juzgará por el mismo caso a Esteban Sanguinetti.
El 17 de junio de 1976, Alberto Ledo, de 20 años nacido en la provincia de La Rioja, desapareció cuando cumplía el servicio militar obligatorio junto al Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 de La Rioja, cuando estaban desplegados en Monteros, Tucumán. La última vez que el soldado Ledo fue visto con vida, el entonces capitán Sanguinetti lo fue a buscar para realizar una recorrida en la localidad de Monteros. El ex coronel está detenido por ser el autor del secuestro y crimen del soldado. Mientras que Milani está implicado directamente en la desaparición del conscripto, por haber sido el responsable de firmar un acta apócrifa por deserción.
Milani está acusado por el delito de encubrimiento en concurso ideal con falsedad ideológica, imputación realizada por el fiscal federal N° 1, Carlos Brito. Por estar detenido en Campo de Mayo, el ex jefe del Ejército participará del proceso mediante videoconferencia, en las audiencias que se realizarán los jueves y viernes. Sobre el militar pesa además un embargo por $200.000 y la prohibición de salir del país, dictada por el juez federal N° 2, Fernando Poviña.
El juicio oral en Tucumán ya había sido pospuesto para que no se superponga con el juicio que desarrolló en La Rioja por el secuestro y torturas padecidos por Pedro Olivera y su hijo Alfredo en 1977. El pasado 9 de agosto, el ex jefe del Ejército fue absuelto por el tribunal integrado por Lilljedahl. Este fallo de la impunidad refuerza la necesidad de movilizarse por el juicio y castigo a Milani y a todos los genocidas, exigiendo la apertura de los archivos que todos los gobiernos negaron.
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