En la eterna espera entre las PASO y las elecciones definitivas de octubre (algo así como 70 días), un sinfín de contradicciones, nuevas alianzas y desequilibrios inestables se expresan cada día.
Es que luego del derrumbe electoral del gobierno el 11 de agosto –expresando un rechazo a las medidas del ajuste en curso- todas las miradas se posaron sobre el candidato presidencial del Frente de Todos, que ya no era “un candidato más”.
La larga transición plantea serios problemas. Pero al menos por esta semana, las medidas del gobierno que incluyeron la salida del hombre del FMI (Nicolás Dujovne, reemplazado por Hernán Lacunza), lograron un mínimo resultado: mantener el dólar por debajo de los $ 60, retrocediendo 80 centavos respecto al viernes de la semana previa. En la plaza bursátil, el viernes se registraron caídas del 5 % y de 8 % en los bonos debido a factores externos. El riesgo país sigue en niveles muy elevados, manteniendo una gran incertidumbre en los “mercados”.
Panquequismo empresarial ATR
Cualquiera que sostenga que los empresarios tienen un gran instinto de supervivencia o saben perfectamente cuando abandonar el barco, no está para nada equivocado. El número de audiencias que concedió Alberto Fernández, antes y de forma más masiva después de las PASO, es altísimo.
Los que tuvieron un olfato político más desarrollado se reunieron antes con el candidato del Frente de Todos. Tal fue el caso del empresario Marcelo Mindlin (Pampa Energía), quien se inició en la rama de las energéticas bajo el kirchnerismo de Néstor. Amigo personal del “devaluado” Mauricio Macri, Mindlin -como cada representante de la patria contratista- supo ganar con cada administración de turno. Bajo el macrismo vió aumentar sus ganancias a partir de los escandalosos tarifazos que recayeron sobre millones de usuarios. Su encuentro con Alberto Fernández parece haber sido para anticipar su “colaboración” y evitar quedar en el medio de las acusaciones de campaña.
Otro de los que se anticiparon en las reuniones previa fue Héctor Magnetto, uno de los dirigentes del “Círculo Rojo” y el jefe de Clarín, medio archirrival del kirchnerismo. Es de público conocimiento que el candidato a presidente del Frente de Todos siempre mantuvo una relación en “buenos términos” con él.
Luego de las PASO, mientras los “mercados” asestaron un golpe devaluatorio cercano al 30 %, los agitadores de la reforma laboral, Marcos Galperín (Mercado Libre) y Martín Cabrales, se reunieron por separado con Alberto Fernández. La ideología de Galperín es irreconciliable con defender los derechos de los trabajadores. Lo que hayan “acordado” el futuro presidente y el CEO de la empresa unicornio del país quedó entre cuatro paredes.
Alberto Fernández también fue visitado por el CEO de los laboratorios Elea, Hugo Sigman; y también por representantes de la banca privada: JP Morgan y Citi Bank, entre otros. Los bancos están entre los mayores ganadores del modelo M. Solo en el mes de junio acumularon ganancias por $ 22.000 millones.
Y como no podía ser de otra manera, para terminar de cerrar las “grietas” si la salida a la crisis es vía devaluación como viene sucediendo, Alberto Fernández ya tiene pedida una reunión por parte del representante de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina. Según publicó Letra P, el empresario habría confirmado que “tiene muy buena relación” con el candidato.
Mauricio y Alberto: del lado FMI de la vida
Los empresarios ya comenzaron a preparar el terreno para el pacto social que intentarán imponer luego del 10 de diciembre. Todos parecen descontar que el próximo presidente será Alberto Fernández. Pero todavía falta mucho camino por recorrer.
“Es un equilibrio muy delicado donde, aunque sean adversarios en las elecciones de octubre, unos se necesitan a otros”, remarcó Alejandro Bercovich en una nota publicada en BAE Negocios. En este delicado equilibrio se explican las medidas “demagógicas” impulsadas por el macrismo a contramano del déficit cero exigido del FMI, que intentaron descomprimir la bronca social expresada en las urnas y los efectos inflacionarios de la devaluación.
En este baile de a dos, Fernández tuvo que salir a llevar calma y asegurar que cooperará para que la transición sea ordenada. Mientras Macri está de salida, al candidato del Frente de Todos tampoco le conviene recibir un país colapsado. Se necesitan “unos a otros”.
A un año del acuerdo con el FMI, que implicó un alto endeudamiento y medidas de ajuste que empobrecieron a los sectores populares y enriqueciendo a los bancos, al campo y a las multinacionales, el Frente de Todos propone seguir este saqueo.
Lo que viene es conocido, mayor ajuste, ataque al salario y el intento de imponer reformas (laboral, previsional). La única salida para que la crisis no la paguen los trabajadores es decirle No al FMI. Sólo el Frente de Izquierda Unidad propone una vía para que las grandes mayorías dejen de ser el blanco del ataque.
Esto también significa dar apoyo a todas las pelea en curso contra las consecuencias del ajuste, como la que llevan adelante la docencia y los estatales de Chubut. Esa resistencia a las política de ajuste es la que hay que fortalecer y desarrollar.
|