En una carta publicada en Twitter Barrales, ex candidata a jefa de gobierno de la Ciudad de México de la coalición Por México al Frente –integrada por el PRD, el PAN y el Movimiento Ciudadano (MC)- dio a conocer su renuncia y la de Zepeda.
"Hay quienes están viendo en el PRD los cimientos para construir una nueva propuesta política", señalaron en el texto, en referencia a la plataforma Futuro 21, un reagrupamiento de los perredistas que no se resignan a contender por altos cargos públicos y disfrutar de sueldos de privilegio.
Con esta misiva ambos referentes del sol azteca renunciaron al PRD. Pero se dio a conocer en la columna Bajo Reserva Exprés, de El Universal, que les están haciendo un lugarcito en el MC, uno de los partidos amigos de la Luz del Mundo y Naasón García, su líder acusado de abuso sexual de menores y detenido en Estados Unidos. Parece que virarán del amarillo al naranja.
Claro, tienen experiencia en proteger a altos funcionarios públicos, en ostentar fortuna y defender los intereses de los empresarios, buenos puntos para un CV de políticos al servicio de los empresarios y el imperialismo.
Veamos. A inicios de 2018, la desaparición forzada del joven Marco Antonio a manos de la policía capitalina conmovió la ciudad. Barrales, en plena campaña electoral, salió a defender a Miguel Ángel Mancera, entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Como todos los candidatos de esa campaña, Barrales estaba por “dignificar” y formar a la policía, la misma que desaparece jóvenes, que viola chicas y está coludida con el narcotráfico y las redes de trata.
La corrupción también tocó con su varita de infamia a Barrales, cuando la ex candidata y ex presidenta del PRD se vio obligada a reconocer que era propietaria de una mansión de lujo en Miami.
Juan Zepeda no se quedó atrás. En sus días como candidato a gobernador para el Estado de México por la coalición entre el PRD, el PAN y MC, tuvo como una de sus principales propuestas implementar la seguridad de policías por cuadrante. Otro ardiente defensor de los uniformados que reprimen, violan y desaparecen gente.
Haber permanecido en el PRD luego del Pacto por México y Ayotzinapa fue todo un detalle de estos políticos arribistas. El PRD primero avaló todas las reformas estructurales de Peña Nieto y el imperialismo, y además gobernaba Guerrero cuando se produjo la masacre de Iguala y la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Ahora, las renuncias de Barrales y Zepeda expresan otro episodio de la agonía del PRD, que por años fue la centroizquierda del régimen mexicano.
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