La fábrica ubicada en la localidad de La Emilia deja en la calle a al menos 60 trabajadores, cifra que podría alcanzar el centenar según versiones que circulan entre los obreros. Los propietarios de la firma, la familia Meller, fueron entre los primeros en celebrar el acuerdo de Macri con el FMI.
La sangría de ajuste y despidos no se detiene. Motomel se suma al conflicto de BIO Ramallo, con 28 trabajadores despedidos y desde hace 105 días acampando por la defensa de sus puestos de trabajo, y al cierre de Acería San Nicolas con 30 familias en la calle. Se profundiza una situación dramática con alta desocupación y el atraso en las condiciones de vida de trabajadores y sus familias. Las patronales no están dispuestas a perder, y descargan la furia sobre las espaldas de los trabajadores, después de años de haber acumulado fortunas con ventajas impositivas y ventas fabulosas mediante contratos basura. Se suman estos nuevos ajustes a los que ya venían aplicando con suspensiones y rebaja salarial.
Las empresas metalúrgicas de la zona, incluida Siderar, vienen anticipando vacaciones y suspensiones con el 75% del salario. La misma política se aplica en todo el cordón industrial, como la industria Acindar de Villa Constitución que acordó con la UOM suspensiones que comprenden a miles de trabajadores que empujan cada vez más a la incertidumbre.
Ahora se aprovechan de la inestabilidad económica del país tras el enorme rechazo del pueblo trabajador al gobierno de Macri, expresado contundentemente en las elecciones de agosto. Las grandes empresas y bancos están fugando millones de dólares todos los días, al tiempo que profundizan el saqueo contra los trabajadores. El peronismo, mientras tanto, apuesta a dejar pasar el ajuste y que Macri haga el "trabajo sucio" que ordena el FMI.
Debemos ponerles ya mismo un freno. Esta es la fuerza que debemos imponer sobre estas patronales que siguen atacando condiciones de trabajo: los trabajadores de Ran Bat son un ejemplo con la reincorporación y pase a planta permanente después de 22 días de luche, acampe, movilizaciones y corte de ruta.
¡Basta de despidos en San Nicolás! Por la reincorporación de trabajadores de BIO Ramallo. Basta de suspensiones en Siderar. ¡No a los despidos en Motomel! Por un plan de lucha y movilización de la UOM que rompa la tregua, el hambre de familias en la calle no puede esperar a octubre. La CGT y las CTA deben convocar a un paro nacional de 36 horas para que la crisis la paguen los banqueros y los grandes empresarios como Meller y Rocca y no los trabajadores. |