En el Instituto nacional, este viernes 30 de agosto, Fernando Soto dejará el cargo de rector tras completar su período al mando de ese establecimiento, el que está sumido en una profunda crisis a raíz de los graves hechos de violencia y represión a manos de carabineros y FF.EE que hemos visto estos meses, hechos que mantenían tensionados tanto a estudiantes como a trabajadores de este liceo. Será reemplazado por Lili Orell, en un pasado funcionaria del piñerismo, esto en el primer mandato de Piñera, y una viva simpatizante de la Confederación de Padres y Apoderados (CONFEPA) que organizó a la derecha para defender la educación público privada y el lucro contra la educación pública.
La elección del nuevo rector titular será a través de un concurso realizado por la Alta Dirección Pública, y como no se alcanzó a realizar esta elección, el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, debió nombrar a la rectora interina, que desde el 30 de agosto toma este puesto Lili Orell.
Este método de elección representa a todas luces una medida autoritaria por parte del municipio y el gobierno al imponer, mediante sus criterios, una personalidad con un perfil con el que se asegure la implementación de todas las leyes y medidas que aporten a reprimir y acallar a la juventud y, particularmente, a los estudiantes del Instituto Nacional.
Esta elección de una rectora interina es especialmente importante para la dirección de este municipio y este gobierno pues, luego de las movilizaciones de los profesores y los preocupantes episodios de violencia y represión que se podían ver por redes sociales o escuchar en los relatos de los estudiantes, a manos de carabineros y ffee, tanto el alcalde Felipe Alessandri como el Gobierno de Sebastian Piñera necesitan entregar una nueva autoridad a la comunidad institutana que tenga “un liderazgo firme y una amplia capacidad de convocar” (como así hacen referencia los presidentes de los centros de padres del IN) para poder repuntar en la “aprobación de la ciudadanía”.
Tanto como de los presidentes de losCCEE del instituto como de “expertos de la educación” comentaban que perfil debería presentar la nueva autoridad; (…)“se requiere un perfil muy experto, una persona con mucha experiencia en liderazgo directivo(…) en gestión estratégica, en gestión de conflicto”, esto en palabras de Alejandra Arratia, directora Educación 2020 o como mencionaba la directora ejecutiva de Acción Educar, Magdalena Vergara, “Debe recuperar el sentido de la autoridad (…), deberá tener la determinación para hacer uso de los recursos que entrega la ley”.
Ciertamente lo que se puede ver es la aplicación viva del autoritarismo sobre el liceo de la región metropolitana que ha resistido el fuerte puño de la represión del alcalde Alesandri, militante de RN, el que ha pasado a ser la cara represiva del La Moneda.
La elección de la rectora interina debería representar un evento donde se celebren elecciones democráticas, de cara a la comunidad de este liceo, esto debería ser una demanda mínima de exigencia de mano de los estudiantes, apoderados, profesores y trabajadores de la educación. Y de esto buscar avanzar a un Cogobierno donde estudiantes, profesores, trabajadores y trabajadoras tengan el derecho y la facultad de poder elegir una dirección revocable a cargo de la institución. Este hecho no es más que una expresión del autoritarismo con el que funciona este sistema educativo que tiene instalada una educación de mercado precarizada en Chile.
Desde la agrupación Vencer levantamos las banderas por la democratización de los liceos y las universidades mediante Cogobiernos Triestamentales con elección democrática de autoridades revocables, esta es lo que aspiramos para la educación, una forma organizativa que se vio truncada por la dictadura de Pinochet. Finalmente, sabemos que para enfrentar las medidas de la futura Rectoría, del Alcalde Alessandri y como las de este gobierno de derecha, es necesaria la articulación con otros sectores oprimidos, como mujeres, trabajadores, estudiantes secundarios y pueblos originarios, para ser una gran fuerza de organización en las calles.
Ahora es cuando la comunidad educativa debe levantarse para derrocar esta forma de elección y encargarse democráticamente de la administración del Instituto, donde sean funcionarios, profesores y estudiantes los que decidan sobre el espacio donde estudian y trabajan día a día.
Abajo el autoritarismo. |