En el medio de la crisis cambiaria desatada luego de las PASO, los dueños de la empresa Bagley, argumentando la subida del dólar y el precio de la harina busca mantener sus ganancias a costa de los trabajadores.
Así, Arcor -dueña de la empresa Bagley- dispuso que todo el personal de la planta se tomara “vacaciones forzadas”, por ahora sin precisar por cuanto tiempo, por lo que los trabajadores se encuentran en la peor de las incertidumbres.
Por su parte el sindicato de la Alimentación (bajo la conducción de Rodolfo Daer) sólo se limitó a informar sobre la decisión de la empresa, sin anunciar medida de lucha alguna. Esta forma de manejarse del sindicato, no es más que hacerle de pata a la empresa, para que pueda llevar adelante el plan de ajuste contra los trabajadores.
Arcor es una multinacional argentina, una empresa considerada de las más grandes de la argentina, posee cuarenta plantas en todo latinoamérica, empleando a más de 21.000 personas, exportando lo que fabrica a los 5 continentes, de ninguna manera su puede considerar que esta empresa pueda tener algún tipo de crisis.
Los empresarios son los primeros que ven en la crisis que hunde a millones de trabajadores en la miseria, una oportunidad. Así, primero le piden a los empleados “se ajusten el cinturón” y extorsionan con “retiros voluntarios”, suspensiones o directamente despidos para ni siquiera perder una pequeña parte de lo que ganan.
En los últimos días vimos como los trabajadores de Ran-Bat que producen baterías, dieron una lucha ejemplar contra la empresa que se fue y dejó a los 35 trabajadores en la calle. Pero los obreros no se resignaron y en contra de los planes de la patronal (y del sindicato) y durante 22 días lucharon contra el cierre.
Esta semana lograron la reincorporación de todo el personal y incluso que los tercerizados de la empresa, pasen a planta permanente.
Esta lucha ejemplar que muestra que los trabajadores luchando por sus derechos pueden ponerle un freno a la crisis que las patronales quieren descargar sobre los trabajadores.
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