Las protestas contra la jefa de Gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, que llevan más de tres meses, invadieron este lunes las aulas durante el primer día de curso escolar, con un boicot a las clases por parte de los estudiantes, quienes han estado al frente de un movimiento de protesta que ya acumula 1.117 detenidos.
El primer día del nuevo semestre, ocho universidades públicas y otras cinco instituciones de educación superior en el centro financiero asiático comenzaron una huelga de dos semanas, con el fin de presionar a las autoridades para que respondan a las cinco demandas de los manifestantes en torno al movimiento.
Todo ello después de un violento fin de semana que acabó con la detención de 159 personas y una brutal represión policial, como se ha venido repitiendo durante las últimas semanas.
Desde que hace tres meses comenzaron las protestas contra la ley de extradición, han sido detenidas 1.117 personas por delitos como organizar asambleas ilegales o la posesión de "armas ofensivas", entre las que se encuentran punteros laser que los manifestantes utilizan contra los sistemas de reconocimiento facial.
Este mismo lunes por la mañana fueron arrestadas ocho personas por cargos de posesión de armas ofensivas e incumplimiento de una orden judicial después de que un grupo de manifestantes intentara paralizar el funcionamiento del metro.
Las demandas de los estudiantes son las mismas que los manifestantes llevan semanas pidiendo: la retirada total de la polémica ley de extradición y del término "revuelta" a las manifestaciones, amnistía para los arrestados, una investigación independiente sobre la brutalidad policial a la hora de dispersar las protestas y la introducción del sufragio universal.
Asimismo, los estudiantes de secundaria también comenzaron una acción de boicot por la cual cortarán las clases todos los lunes.
Según los organizadores, más de 10.000 alumnos de la región administrativa especial se han sumado a la iniciativa, que ha incluido actos como minutos de silencio y cadenas humanas.
Los estudiantes -muchos de ellos vestidos de negro y enmascarados, como los manifestantes- distribuyeron boletines informativos sobre los motivos de la huelga.
El Gobierno de Hong Kong especulaba con que el movimiento se extinguiría cuando los estudiantes regresaran a las universidades y escuelas en septiembre, ya que los jóvenes han sido los principales promotores de las protestas durante los últimos meses. Sin embargo, el movimiento no ha mostrado signos de ceder, ya que tanto la policía como los manifestantes han subido la apuesta uno contra el otro durante las últimas dos semanas.
"La amenaza de una ofensiva con munición real es inminente. ¿Cómo es posible, cuando el Gobierno desgarra brutalmente a Hong Kong y convierte cada calle y distrito en un campo de batalla, que nos sentemos en nuestros pupitres en la escuela como si nada hubiera pasado? ", apuntó una declaración conjunta emitida por los sindicatos de estudiantes de secundaria y universitarios y leída en uno de los actos celebrados este lunes.
Así, añade el texto, "un boicot de clases no es simplemente estar ausente de la escuela, sino que es una acción colectiva por la justicia social y el cumplimiento de la responsabilidad cívica. Como estudiantes, asumimos la responsabilidad de defender nuestro hogar y proteger la conciencia".
La Alianza de Huelga de Estudiantes de Hong Kong, uno de los organizadores de la huelga, advirtió que pueden intensificar su acción si el Gobierno no responde antes del 13 de septiembre.
Este domingo fue una jornada caótica en la ciudad ya que los manifestantes buscaron entorpecer el tráfico hacia el aeropuerto de Hong Kong, uno de los más concurridos de Asia, y donde las manifestaciones lograron la cancelación de casi mil vuelos a mediados de agosto.
Las multitudinarias protestas callejeras, que están suponiendo la mayor crisis política en décadas en Hong Kong, se han sucedido desde principios de junio y algunas de ellas han terminado en violentos enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes.
Cuando las protestas comenzaron, los ciudadanos mostraban su rechazo a un proyecto de ley de extradición presentado por las autoridades locales que permitiría la entrega de sospechosos a jurisdicciones sin acuerdos previos como la China continental, algo que los opositores al texto consideran como el fin de las garantías judiciales que ofrece el sistema hongkonés.
Pero las manifestaciones han ido evolucionando en las últimas semanas hacia demandas más amplias sobre los mecanismos democráticos de la isla de Hong Kong, una región administrativa especial de China desde que dejó de ser colonia del Reino Unido, en 1997 mediante un acuerdo entre Pekín y Londres.
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