Los ritmos de la crisis económica abierta con el pacto de sumisión al FMI se aceleran de la mano de la crisis política. El rechazo a las políticas de ajuste del gobierno en las PASO fue contundente, pero al día siguiente la votación de los mercados nos recordó quién gobierna realmente. Los estudiantes de la FADU, nos despertamos con un dólar a sesenta pesos, un cuarto de nuestro salario devaluado, y todos los insumos que usamos para poder cursar con los precios remarcados.
¿El dólar a 60 pesos está bien?
No somos los estudiantes y trabajadores los que tenemos que pagar con nuestro bolsillo los costos de una crisis que no generamos. La deuda contraída con el FMI fue directamente a financiar la fuga de capitales, cuya cifra supera incluso la contraída en deuda. El paquete de medidas desesperadas que tomó el gobierno en la última semana no hace más que señalarnos el fracaso del proyecto político del macrismo.
Pero el gobierno no es el único actor responsable. El espacio de la oposición, encabezado por la candidatura de Alberto Fernandez, no sólo le dio el visto bueno a la devaluación que saqueó nuestros bolsillos diciendo que el dólar a 60 pesos está a un valor razonable, sino que también apareció en diversos eventos con los responsables de esta debacle: la foto sonriente del CEO de Clarín mientras lo escuchaba hablar en el Malba días después de su reunión, las persistentes declaraciones que buscan la aprobación del organismo de crédito internacional declarando que no se va a dejar de pagar un centavo de esa deuda ilegítima, las reuniones con los empresarios del campo que son los grandes beneficiados con la depreciación del peso, el encuentro con Marcos Galperín CEO de Mercado Libre y quien implementó un convenio ultra flexibilizador hacia sus trabajadores son apenas algunos de indicios de las prioridades del gobierno por venir. También son responsables los gobernadores que ahora posan de opositores, pero pusieron el voto positivo para el endeudamiento a cien años sin el cual el pacto con el FMI hubiera resultado imposible.
Sin embargo, la mirada que sólo se enfoca en lo que pasa "por arriba" esconde otra cuota de responsabilidad: fueron las direcciones sindicales, pertenecientes al PJ, las que cancelaron todo proceso de lucha que podría haberle marcado los límites al desfalco al que nos sometió el macrismo. Las direcciones del movimiento estudiantil no se quedaron atrás, cuando se sumaron al "hay 2019" llamando a la pasividad de un movimiento que estaba en las calles dispuesto a luchar por sus derechos. Es el caso de La Corriente, que junto a la lista 5 vienen dirigiendo el centro de estudiantes de la FADU hace 18 años.
Quién es Quién
Barbieri, rector de la Universidad de Buenos Aires, conocido por haber aceptado del gobierno nacional un presupuesto con 0% de aumento de un año para el otro (cuando es bien sabido que nunca no hay inflación, lo cual supone un recorte en sí mismo) en el primer año de gobierno de Macri, pertenece al peronismo, el espacio político en el que conviven personajes como el gobernador de Tucumán, Manzur, conocido por torturar a una niña de 11 años al negarle la interrupción legal de un embarazo producto de la violencia. También conviven con la senadora García Laraburru, que desde el riñón del kirchnerismo aportó su voto en contra de la ley por el derecho al aborto.
Pero aparte de convivir varios celestes, también sobran los manoduristas, como Massa, cuya propuesta para los sectores más vulnerables es meter al ejército en sus barrios, o la gobernadora Bertone, conocida por haber mandado a prender fuego una carpa docente en el primer año de ajuste macrista.
La reciente devaluación aprobada por el conjunto del arco político, exceptuando a la izquierda, significó una pérdida del 17% del presupuesto universitario en términos reales, y tanto el rector como los decanos "opositores" permanecieron en silencio. A este espacio político es al que pertenece la Lista 5, que encabezada por La corriente, La Mella, Nuevo Encuentro, y Sur (Auge). A pesar de decir que son independientes y de los estudiantes, van a formar parte del próximo gobierno. Hace 18 años amenazan con que si no los votamos pierden el centro de la mano de las autoridades, pero son los únicos responsables de vaciar la herramienta que tienen los estudiantes convirtiendo al centro en su kiosko donde se limitan a ofrecer servicios que difícilmente puedan compensar la falta de presupuesto estatal.
Por su parte, el actual y debilitado gobierno nacional, tiene en la FADU su representación estudiantil de la mano de las listas 9 (Abracemos FADU) y 10 (Somos FADU). Ambas listas representan distintos sectores de las autoridades: Somos FADU -conformada por Coalición, ReFADU (franja morada) y Corazón FADU- está encabezada por Coalición, la agrupación del actual decano Guillermo Cabrera alineado políticamente al radicalismo, que forma parte de Cambiemos. Fue el autor intelectual de los cambios de los planes de estudios de las carreras que profundizan orientaciones hacia un mercado laboral cada vez más precarizado y flexibilizado que bien conocemos los estudiantes. También artífice de los cupos y las restricciones en las inscripciones que lejos de ser un “error de sistema” del Siu guarani, forman parte de sus maniobras para favorecer a las cátedras amigas en detrimento de la falsa "libertad de cátedra”. Sus agrupaciones estudiantiles insisten en el cínico ejercicio de ofrecer prestado todo lo que las políticas de ajuste de su gobierno nacional sobre nuestros salarios y la Universidad pública no nos dejan comprar, de la misma forma que excluyen a millones del acceso a la universidad.
La lista 9 responde al ex decano Luis Bruno, cuya identificación con el kirchnerismo no lo exime de haber co gobernado con radicales y pros. Fue de Corazón FADU, y ahora se presenta con el nombre de abracemos FADU para centro, sólo buscando volver a tener sus cargos de funcionarios en el 4to piso.
¿Qué tipo de defensa de la educación pública podría ensayar un centro alineado con alguna de estas variantes?
Fortalezcamos a la Izquierda en FADU que se planta
Mientras la crisis se profundiza, no podemos quedarnos discutiendo fotocopias medio centavo más baratas, porque son cientos los compañeros que tienen que abandonar sus cursadas por no poder hacerle frente a la devaluación de sus salarios precarios y al costo excluyente de una universidad pública, pero en absoluto gratuita.
Mientras ninguna de las variables que disputa el próximo gobierno se propone romper con el FMI y frenar el ajuste en curso, fortalecer a la única alternativa independiente se torna urgente.
Los estudiantes de FADU venimos pagando los costos de la crisis con trabajos ultra precarios: trabajamos en call centers, como monotributistas, en pasantías, como docentes ad honorem o como freelancers. Desprovistos de salarios que nos permitan llegar a fin de mes, y cursando carreras cuyo costo en materiales es exorbitante, nadie tiene que venir a contarnos como nos están haciendo pagar por una crisis que no generamos.
Este año junto con nuestros compañeros Myriam Bregman y Nicolás del Caño, unimos a toda la izquierda en el país para fortalecer a la única alternativa que dice claramente que al ajuste hay que enfrentarlo, que mientras somos millones los que cada vez menos podemos llegar a fin de mes no hay lugar para medias tintas. Somos los únicos que jamás mezclaremos los pañuelos, peleando de forma consecuente por el aborto legal seguro y gratuito.
En la facultad, somos los pibes de la Lista 8 de la Izquierda en FADU los únicos que planteamos claramente que para que la crisis no la paguemos los estudiantes los trabajadores y las mujeres, se vuelve urgente romper con el FMI y organizar un movimiento estudiantil que pelee verdaderamente por defender una educación pública al servicio de las grandes mayorías. |