Con el Decreto presidencial N° 591/2019 publicado en el Boletín Oficial la semana pasada, en medio de que todo el país seguía la hecatombe financiera y el pueblo veía como les robaban su poder de compra, Macri flexibilizó los requisitos para la importación de basura, dejando sin control sobre desechos peligrosos y/o contaminantes.
Myriam Bregman, legisladora porteña y candidata a diputada nacional por el Frente de Izquierda-Unidad, salió a advertir al pueblo sobre semejante avasallamiento sobre el medio ambiente y que a su vez perjudica el trabajo de los recicladores urbanos.
La nueva norma habilitada por el DNU, flexibiliza las restricciones y controles para la importación de “desechos de papel y cartón, chatarra ferrosa, chatarra de aluminio, desechos de material plástico y vidrios, entre otros”. De esta forma habilita la importación de los mismos sin necesidad de ninguna habilitación que certifique la inocuidad sanitaria y ambiental, como pregonaba la ley anterior.
Como bien denuncia Myriam Bregman, sobre el objetivo del decreto de Macri: “es un gran negociado para sus amigos empresarios del plástico, las metalúrgicas y las papeleras”. Y advierte que el mismo “además de ser una amenaza al medioambiente, afecta directamente a quienes aportan al reciclado urbano”.
Los especialistas advierten que al flexibilizar la ley anterior, se habilita la entrada al país de basura toxica y/o contaminante.
Ya hoy en la Argentina se calculan unas 40 mil toneladas de basura mensuales, donde solo se logra reciclar aproximadamente la mitad, gracias al rol de los casi 150 mil recicladores urbanos –comúnmente conocidos como cartoneros- que hay a lo largo y ancho del país.
Un decreto que es a las claras un gran negocio para empresarios que usan basura como materia prima, consiguiendo precios mas baratos al importarla y empujando a las cooperativas de cartoneros a tener que competir con la “mercadería” importada.
En vez de estar discutiendo como se logra un 100% de reciclado de la basura del país, industrializandolo y mejorándolo, para mantener intacto al medio ambiente, se importa basura para abaratar precios para los empresarios amigos.
Las cooperativas de reciclado, vienen exigiendo la formalización de sus tareas, como un trabajo mas, sin embargo siguen siendo completamente informales y con el avance de la crisis será una salida el cartonear.
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Este decreto se encuentra en sintonía con las cerraduras que Rodríguez Larreta le puso a los contenedores de la calle Corrientes. Basura privada, como un gran negocio capitalista, mientras cínicamente se le roba el sustento a los recicladores urbanos, y se desprecia el medio ambiente. | 
