Los grandes empresarios fueron quienes encendieron las alarmas junto al Gobierno después del paso a Sala del proyecto de 40 horas sobre la reducción de la jornada laboral, buscan con esto dar el paso no sólo de desacuerdo con la propuesta de Vallejo y Cariola del Partido Comunista que también apoya el Frente Amplio, sino que buscan meterse en el debate para llevar adelante su política como una tercera vía respecto a la reducción de la jornada, para defender con uñas y dientes sus intereses.
A la instancia que fue encabezada por el economista David Bravo, se hicieron presente los convocantes de la CPC, incluyendo sus seis ramas – la Cámara Nacional de Comercio-CNC, la Sociedad Nacional de Minería-SONAMI, la Sociedad Nacional de Agricultura-SNA, la SOFOFA, la Cámara Chilena de la Construcción-CChC y la Asociación de Bancos-, la Multigremial de Emprendedores, la Asech, Conapyme y con ello el paralelismo sindical de la Central de Trabajadores de Chile, la UNT y la CAT encabezado por el ex Presidente de la CUT y militante del PS Arturo Martínez. Estos buscan presentar una tercera alternativa a lo que llaman la disputa entre el proyecto de las 40 horas del Partido Comunista y la de 41 horas con flexibilidad del Gobierno de Piñera.
El centro de los gremios empresariales que han levantado de mano con el Gobierno la campaña del terror respecto a los miles de despidos que puede traer el proyecto de reducción, contempla cuatro puntos: (1) modernización de todas las instancias de capacitación, (2) polifuncionalidad de tareas y la movilidad laboral, (3) teletrabajo y la adecuación de las jornadas según estacionalidad y (4) reducción de jornada, pero tiene que ir vinculada con la adaptabilidad y la flexibilidad.
Bajo el alero de la supuesta "pérdida de empleos y la cuestión de la productividad", los grandes empresarios a nivel nacional buscan ocultar que Chile es uno de los países donde las y los trabajadores tienen las jornadas más largas llegando casi a las 2 mil horas anuales, como también bajo la excusa de que las Pymes serían las más afectadas, pero nada dicen de que estas últimas son parte de las empresas que más explotan a sus trabajadores y los someten a trabajos precarios, buscan confundirnos como si estas fueran los almacenes de las poblaciones, cuando en realidad son las mismas empresas que encontramos en el comercio y en cantidades abismales en la minería llena de empresas contratistas, siendo sus trabajadores parte de uno de los sectores que mayor ganancias genera a nivel nacional, y que muchas veces pertenecen a los mismos grandes empresarios como Luksic, que en muchos de sus rubros como el portuario y el ferroviario utiliza el fraudulento Multirut.
Hablan de flexibilidad como si esta no existiera
Otro de los engaños bajo el cual los empresarios y el gobierno buscan defender su posición es poner al centro el tema de la flexibilidad como si esta no existiera, ¿pero qué han sido estos 30 años de democracia pactada que profundizó y administró el legado de la dictadura pinochetista en manos de la ex-Concertación y la derecha?
Cuando hablamos de flexibilidad laboral podríamos hacer un repaso rápido de esta. El Código Laboral de José Piñera impuso el despido por el artículo 161 “por necesidad de la empresa” y que los partidos del régimen han mantenido durante todos estos años, el cual permite a los empresarios despedir y dejar familias en la calle cuando se les plazca; también el Subcontrato que existiendo desde los años ’80 fue reglamentado el año 2007 en el Gobierno de Bachelet con el apoyo de la Democracia Cristiana, y que hoy tiene a casi un millón de trabajadores y trabajadoras donde la mayoría son mujeres, migrantes y diversidad sexual bajo esta modalidad precaria en la que se recibe un 13% menos en comparación a quienes tienen contrato y en el caso de la minería la brecha es más del 70%; además existen más de 770 mil subempleados en el país y sin contar la gran cantidad de trabajadores que trabajan sin contrato escrito; y por último la polifuncionalidad que ya existe incluso por contratos escritos, en la que un trabajador o trabajadora muchas veces debe hacer hasta el trabajo de tres personas para ahorrar costos a los empresarios, esa misma polifuncionalidad contra las que lucharon las trabajadoras en huelga de Walmart.
Todo lo descrito anteriormente es flexibilidad, lo que no ha sido más que la precarización del trabajo y de vida de millones de familias. Si los empresarios y Piñera quieren imponer más flexibilidad, es porque están dispuestos a defender con todo sus ganancias, esas riquezas que ha generado por años a costa de la vida y el sudor de la gran mayoría para beneficiar y gobernar para las 10 familias más ricas del país.
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Que el amplio respaldo a la reducción de la jornada se transforme en una gran fuerza social
Los empresarios y Piñera ya han mostrado sus intenciones contra el pueblo trabajador, incluso desde el Gobierno amenazan con usar métodos tan autoritarios como el Tribunal Constitucional o el veto presidencial para imponer su proyecto que busca perpetuar el trabajo precario. Los grandes gremios como la CPC van en busca de lo mismo con su tercera propuesta que está próxima a aparecer, es decir están alineados para oponerse a la voluntad de millones de trabajadores y trabajadoras que quieren la reducción de la jornada.
Ante esto es necesario que el gran porcentaje de la población que acuerda con la reducción se transforme en una gran fuerza social encabezada por la clase trabajadora en unidad con las mujeres y estudiantes para imponer nosotros bajo nuestros términos qué reducción de la jornada queremos. Por lo que las grandes centrales como la CUT dirigida por el Partido Comunista, el Colegio de Profesores dirigido por el Frente Amplio, la CONFECH y el Movimiento NO + AFP tienen que impulsar asambleas de base en los lugares de estudios y trabajo, para que seamos nosotros las y los trabajadores quienes construyamos el plan y el camino a seguir para conquistar la reducción levantando y ampliando las Coordinadoras existentes para poner en pie un gran movimiento para conquistar esta demanda tan sentida y no darle paso a ni un tipo de flexibilización, no podemos ser las y los trabajadores y nuestras familias quienes sigamos pagando las penurias impuestas por los capitalistas, es momento de poner al centro a la clase trabajadora como sujetos y fuerza principal de transformación de esta sociedad.
Sigamos y ampliemos el ejemplo de las y los trabajadores de la Planta de Explosivos Orica, quienes en su última asamblea ante la amenaza de despidos resolvieron un plan ascendente para defender los puestos de trabajo y que ante la amenaza de la flexibilidad votaron levantar la campaña por la reducción de la jornada laboral, como también la campaña que vienen levantando los y las trabajadoras del Sindicato Unificado de Trabajadores del GAM contra el subcontrato y toda precarización.
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