El Grupo Techint, que la semana pasada volvió a ser beneficiado por el gobierno con la ley de ferrocarriles que le vuelve a entregar el Ferroexpreso Pampeano (pese a su discurso contra los Rocca), amasó gigantes ganancias durante el ciclo kirchnerista. Hoy ante la pérdida de competitividad debido a la caída del precio del petróleo la empresa busca abaratar costos ajustando personal, preparándose para lo que parece ser un período prolongado de bajos precios del crudo.
Guillermo Bentancourt, obrero de Siderca Campana y dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas, en referencia a la situación en la planta, dijo que “la patronal hace meses viene preparando el escenario con la complicidad del sindicato y la ineptitud de la Comisión Interna. Desde diciembre comenzaron su plan de reducción de personal despidiendo 400 trabajadores entre eventuales y contratistas. En enero el sector de acería en asamblea votó un paro de una hora por turno para defenderse de este primer ataque. Los trabajadores de FACU se sumaron a las asambleas, hacía cinco años que no había un paro discutido desde las bases en la fábrica y el sindicato brilló por su ausencia”.
En febrero la siderúrgica reorganizó la fábrica eliminando el cuarto turno y quitando el domingo, reduciendo así el salario de los trabajadores ya que el domingo se paga doble. Hoy el ataque es mayor. Siderca impuso miles de suspensiones que el sindicato mansamente aceptó mientras la empresa declara en los medios que “sobran 1500 puestos”, es decir, se vienen más despidos si los trabajadores agachan la cabeza.
Bentancourt agregó que “estamos en esta situación porque nuestros representantes llaman permanentemente a quedarnos de brazos cruzados. No hacen asamblea para que decidamos, ni tampoco hacen acciones que le paren la mano a la patronal”. Vale recordar que este trabajador fue expulsado del sindicato luego de pelear contra los despidos de contratados y las suspensiones en 2009. “Los dirigentes que siguen la línea política del gobierno nacional quieren hacer pasar las suspensiones como una conquista ante la amenaza de posibles despidos dentro de la fábrica. No podemos dejar pasar este nuevo ataque contra miles de puestos de trabajo de Zárate y Campana”, continuó.
Consultado sobre cómo debería resolverse esta situación en favor de los trabajadores de Siderca, Bentancourt afirmó que “la Agrupación Desde las Bases -que él dirige- plantea que la que tiene que pagar su crisis es la empresa. No somos los trabajadores quienes la generamos. Sobra la bronca para movilizarse y plantear un plan de lucha basado en asambleas resolutivas. El 31 de marzo hubo un contundente paro que paralizó el país porque los reclamos de los trabajadores no son solo contra el impuesto al salario sino contra la precarización laboral, las suspensiones y los despidos. En cambio el Secretario General de la UOM Antonio Caló dio ‘libertad de acción’ para que las seccionales voten en contra del paro sin realizar asambleas, sabía que a los metalúrgicos nos sobran motivos para parar y el ausentismo iba a ser enorme. Ahora también da libertad, ¡pero a la empresa!."
El Frente de Izquierda contra las suspensiones
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores, a través de los diputados Nicolás del Caño y Christian Castillo, presentó un proyecto de ley para que se prohíban los despidos y las suspensiones por 24 meses, ya que los empresarios hace más de 10 años que se la “llevan en pala”. Como era previsible, el proyecto ha sido cajoneado porque el gobierno nacional en sus variantes de Randazzo o Scioli viene ajustando a favor de los empresarios con más inflación y precarización laboral. Junto con Macri y Massa plantean seguir gobernando para las empresas.
Para el PTS y el FIT, el millón 300 mil votos obtenido hace dos años sirvió para fortalecer la lucha de los trabajadores y sectores populares. Desde esa perspectiva participa en cada lucha como las de Lear o Donnelley (hoy bajo control obrero con la cooperativa MadyGraf). Por eso en la Zona Norte es constante el apoyo a todas las luchas de los trabajadores. Entre ellas las de los metalúrgicos de la UOM y, desde diciembre, la de los trabajadores químicos. |