En un artículo de Daniel Fernández Canedo publicado el 14/9 en Clarín se presentan “12 claves” de las definiciones en materia económica por parte del ex vice ministro de Economía de Cristina Fernández, Emmanuel Álvarez Agis.
Sus testimonios fueron recogidos durante una exposición en un encuentro realizado por el Banco Industrial que, según aclaró, realizó en calidad de economista miembro de su consultora “PxQ”.
Álvarez Agis, quien no oculta ser miembro del círculo íntimo de economistas ligados a Alberto Fernández, lugar que comparte junto a Cecilia Todesca y Guillermo Nielsen, adelantó una serie de consideraciones de un programa económico con una fuerte impronta de ajuste.
Tarifas
En cuanto a los servicios públicos, desmintió a Alberto Férnandez, afirmando que es “impracticable” desdolarizar las tarifas. Recordemos que desde las privatizaciones menemistas las empresas de servicios públicos tienen sus contratos acordados en dólares.
El ajuste en el gasto público que exige el FMI para pagar los intereses de la deuda, ha llevado a una reducción de los subsidios con los cuales desde la salida de la convertibilidad se compensa la rentabilidad en dólares de las empresas. El recorte de subsidios ha sido equilibrado con subas de las tarifas, o sea, tarifazos que devoran el bolsillo de la familia trabajadora.
En este sentido, Agis afirmó que si el FMI exige un ajuste para llevar el superávit fiscal al 1 % en 2020, las tarifas deberían subir un 77 %. Ante lo cual se preguntó, cómo se compatibilizaría con un pacto social para fijar paritarias entre un 25/30 por ciento. Agis, sostuvo en otras oportunidades la necesidad de un esquema donde los trabajadores acepten paritarias que, a lo sumo, empaten con la inflación del año próximo; dejando atrás la posibilidad de recuperar lo perdido durante el gobierno de Mauricio Macri, una cifra que superaría el 20 % en promedio para los trabajadores privados y del sector público.
Reforma laboral y salarios
En materia laboral ratificó el proyecto de Guillermo Nielsen, ex ministro de Finanzas de Néstor Kirchner, quien batalla por aplicar el convenio laboral flexibilizador implementando por Cambiemos en acuerdo con el gremio de petroleros en Vaca Muerta, a otras áreas, como litio, el campo, la inteligencia artificial, etc. La suerte del nuevo convenio para los petroleros de Vaca Muerta ha sido fallida, no solo en la pérdida de conquistas laborales, sino también producto del deterioro de las medidas de seguridad laboral 8 obreros perdieron su vida.
Pese a que Álvarez Agis, reconoce que en Argentina es inviable aplicar una reforma laboral como en Brasil, no obstante, aduce ir sector por sector en aras de flexibilizar las condiciones de trabajo. Asumiendo el discurso nada heterodoxo de ex economistas de la gestión PRO como Carlos Melconián, afirmó que el costo laboral en el país es de U$$ 17 y el brasileño está en US$ 8 y bajaría a US$ 6,75. Pese a que con el gobierno de Macri el salario mínimo en dólares cayó cerca de un 60 %, y que los grandes empresarios no puedan cumplir la reforma laboral a la brasilera hoy por hoy, el rumbo que pretenden para la clase trabajadora de Argentina está claro.
Ante el malestar social conjugó una serie de frases que apuntan, al igual que el resto de los principales candidatos del Frente de Todos, a bajar las expectativas de las mayorías trabajadoras y populares que aspiran a que un nuevo gobierno frene el ajuste y permita recuperar las condiciones de vida. “Después de una crisis, el consumo, nunca vuelve al punto de partida” o “No hay rebote a la vuelta de la esquina para la economía argentina”. En referencia a la última crisis de 2001, dijo que “se tardó cuatro años en volver al punto de partida”.
En realidad, solo el salario de los trabajadores registrados del sector privado lograron recuperar en 2005 su poder adquisitivo previo a la devaluación de fines del 2001; sin embargo, como explica Esteban Mercantante en su libro, “La Economía Argentina en su Laberinto”, a fines de 2014 el salario en promedio (registrados privados, públicos, no registrados) llegó a los niveles previos a la salida de la convertibilidad (Pág. 119) y aún así en 2015 en el caso de los trabajadores del sector público los ingresos reales eran 42,64 % inferiores. Otra suerte corrieron las ganancias de los grandes empresarios que mejoraron incluso respecto a la década menemista, una “caja negra” como definiera Axel Kicillof en un documento del grupo CENDA, cuando aún mantenía distancia con el kirchnerismo, fue justamente esta recomposición de la ganancia empresaria la que permitió la recuperación del crecimiento de la economía.
Deuda y FMI
Sobre el problema del pago de la deuda sostuvo que "La reestructuración de la deuda va a estar a cargo del FMI. El verdadero riesgo es el Fondo y no el futuro gobierno". Descontando la voluntad de pago a los especuladores financieros que no se cansa de transmitir, el candidato presidencial del Frente de Todos, Agis seguiría los pasos de Guillermo Nielsen, quién sostuvo que una eventual reprogramación de la deuda pública, iría de la mano de un nuevo acuerdo con el FMI (¿facilidades extendidas?). Este tipo de acuerdos dejaría al país, al menos, 8 años bajo el yugo del ajuste fiscal permanente. Un escenario que vivieron las economías de Grecia o Portugal llegando a padecer una pérdida sistemática de su riqueza (PBI). Esta hoja de ruta implicará fuertes sacrificios al pueblo trabajador y, en la medida de sus posibilidades, intentarán avanzar con la reforma laboral (como anticipan) o jubilatoria, con tal de ampliar los márgenes para el pago de la deuda y abaratar aún más el valor de la fuerza de trabajo.
A medida que se acercan las elecciones del 27 de octubre, Álvarez Agis asume una agenda cada vez más ortodoxa con tal de cumplir con los mandamientos del capital financiero y del FMI, mientras ellos se reperfilan hacia negociar con el nuevo gobierno el pago de la deuda y el cumplimiento de cada una de sus órdenes.
Se necesitan medidas de otra clase, si no queremos años y años de penurias, un programa económico orientado a que la crisis la paguen los grandes empresarios y banqueros, comenzando por la pelea urgente para que los salarios, jubilaciones y planes sociales se equiparen con la inflación acumulada en el año como planteó el diputado del Frente de Izquierda, Nicolás Del Caño, en el Congreso durante el tratamiento de la emergencia alimentaria. |