La querella se basa en la intervención que Iñaki Rivera, profesor de derecho penal y director del Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona, realizó en un programa de TV3 el pasado mes de noviembre. Dicho programa trató el aislamiento penitenciario en las cárceles catalanas y donde Rivera afirmó que "hay torturas, hay maltratos y hay vejaciones" por parte de los funcionarios. Según ha adelantado eldiario.es.
CCOO de Catalunya ha considerado que aquellas declaraciones fueron difamatorias y que acusan de “torturadores” a un colectivo de más de 5.000 personas, que son las que componen el servicio público de instituciones penitenciarias en la región. Por su parte la UB, junto con el Observatorio y el Sistema de Registro y Comunicación para la Protección de la Violencia Institucional (SIRECOVI), que también dirige el propio Rivera, han valorado esta querella como un “intento de disuasión” de las denuncias a las “vulneraciones de derechos” en las cárceles.
La noticia ha generado indignación en las redes por lo inquietante de la situación, tanto por tratarse nuevamente de un ataque a la libertad de expresión, como por la organización que ha lanzado la querella, ni más ni menos que CCOO. No han sido pocas las personas y colectivos que han denunciado desde hace décadas casos de tortura en las cárceles no sólo en Catalunya, sino en el conjunto del Estado español, pudiendo establecer una continuidad directa con los tiempos de la dictadura franquista. En este marco, Iñaki Rivera, ha sido un referente en la investigación de las condiciones del sistema penitenciario. Por lo tanto, que sea CCOO, un sindicato, la organización que trata de silenciar por vía judicial estas denuncias, no deja de demostrar el nivel de degeneración al que han llegado las burocracias sindicales.
Esta querella de CCOO es cuestionable, tanto por suponer un ataque a la libertad de expresión, como por tratar de “calumnia” una denuncia aduciendo que es una generalización, cuando las denuncias de torturas o vejaciones en las prisiones hablan de casos concretos y documentados. Del mismo modo, es inaceptable que haya sido admitida por un juez, aunque tampoco sorprende.
Esta querella resulta tan intolerable que roza lo esperpéntico: un sindicato dedicándose a “persecuciones policiales” y a lavar la imagen de un sistema penitenciario que no es más que la prueba más clara de las contradicciones y problemas sociales estructurales que el sistema capitalista ni tiene resueltos ni va a resolver, así como una poderosa arma política de represión. Pretender que las cárceles pudieran ser “respetuosas” y “democráticas”, libres de vejaciones y torturas, tal y como parece considerar CCOO Catalunya, es algo fuera de la realidad. Las denuncias de abusos, torturas y vejaciones son en cambio una constante. |