El Ejército se ha visto duramente golpeado por escandalosos casos de corrupción, entre estos se cuenta la investigación que corre contra 2 de sus ex Comandantes en Jefe, Humberto Oviedo y Juan Miguel Fuentealba, por la malversación de más de 8 mil millones de pesos.
Cada paso del Ejército huele a “milicogate”, minando la percepción de la población sobre la institución. Ante esta situación desde la institución pretenden tomar una serie de medidas orientadas a aumentar la probidad del Ejército.
Entre estas está la habilitación de una sección de denuncias de corrupción en su pagina web, o el anuncio de la formación de una unidad especial de auditorías.
Para el Comandante en Jefe del Ejército, Ricardo Martínez, estas medidas son las necesarias para salir del impasse. Sin mucha gravedad declaró “El Ejército es una institución con más de 209 años, ha pasado situaciones difíciles, no es la primera, pero estamos muy seguros que estamos haciendo todo lo correcto para salir de una vez por todas”.
Sin embargo estas medidas son totalmente insuficientes para dar respuesta a los escandalosos casos de corrupción, los cuales, cada vez más abundantes, no son casos aislados.
La profunda crisis de corrupción que cruza al Ejército es propia de una institución cuya impunidad es protegida por el régimen de Pinochet, y que es pagada con pensiones millonarias y una vida de lujo para la casta militar. Hay que acabar con esta casta y sus privilegios, no se puede partir sino es cortando de raíz el abultado financiamiento que recibe la milicia para resguardar los intereses de los grandes empresarios y sus gobiernos de turno. |